El cobre viene pisando fuerte en la cordillera sanjuanina, y la canadiense McEwen Copper pisó el acelerador con su proyecto Los Azules. La compañía está entusiasmada con el gigante minero ubicado en el cordón Los Azules -de ahí su nombre- a 3.600 msnm en la cordillera frontal, a 80 kilómetros de Calingasta; y anunció que se ha fijado fechas para concluir tres estudios previos indispensables para construir la mina, que se harán en forma simultánea: quiere actualizar el Informe Económico Preliminar (PEA) en el primer trimestre de 2023 -que permite identificar qué tipo de mina se puede hacer-, seguido del Informe de Impacto Ambiental para el primer semestre de 2023 (que sirve para pasar a la fase de explotación), y finalizar la evaluación de Factibilidad en el 2024.

Al mismo tiempo, Michael Meding, vicepresidente de McEwen Copper (la firma que tiene los derechos de Los Azules) y quien acaba de radicarse en San Juan para dirigir y realizar la gestión general del proyecto sanjuanino; llegó con otras dos noticias. Una es que quieren desarrollar un proyecto con el menor riesgo posible y que sea financiable, para lo cual han decidido que lo harán de tipo "expandible’, escalonado en el tiempo. La otra noticia es que como buscan minimizar el impacto ambiental -algo que resulta muy atractivo a la hora de atraer inversiones-, han decidido utilizar un método de lixiviación con sulfuros y bacterias en un circuito cerrado para producir directamente placas de cobre, técnicamente llamadas "cátodos de cobre’, en vez de hacer un concentrado. Las placas de cobre, al ser livianas, tienen ventajas únicas de abaratamiento de costos, de transporte y de destinos, además de que se valor de exportación es mayor.

Así Los Azules haría una gran diferencia en Argentina respecto a otros proyectos de cobre, al dejar de lado el método de molienda y flotación, que da como resultado un concentrado que es caro de transportar, requiere mas agua, y debe ser irremediablemente llevado a refinerías que están en China. "’Mientras más grande el proyecto, más riesgo. Queremos hacer una mina escalable en el tiempo, financiable, y además que minimice el impacto ambiental, produciendo algo terminado”, sintetizó Meding. 

 

  • LIXIVIACIÓN Y PLACAS

La decisión de usar tecnología de lixiviación en pilas en Los Azules, tiene muchos beneficios económicos y ambientales potenciales en comparación con un escenario de molienda convencional, incluido un menor consumo de agua y energía, sin represas ni grandes instalaciones de almacenamiento de relaves y, menores costos operativos y de capital.

El material de roca extraído de la mina, luego de ser "chancado’ (reducido a trocitos) se acumula en pilas de lixiviación y es regado con una solución de agua con ácido sulfúrico que disuelve el cobre de los materiales, formado una solución de sulfato de cobre. Eso va a una planta de extracción que es como pileta de natación (denominada SX/EW) donde se colocan muchos cátodos o placas, y se le realiza un proceso de electrólisis -se aplica electricidad- para lograr que el cobre de la solución quede pegado al cátodo. Éste se extrae y se convierte en un producto final de alta pureza de cobre. La solución restante se bombea y recicla en un circuito cerrado.
"’No todas las mineralizaciones de los yacimientos permiten este método, una gran parte de Los Azules, con la tecnología que tenemos hoy; es ameno a esta tecnología”, indicó Meding. Para las mineralizaciones a las que este proceso ya no resulta económico, se puede pasar a otra fase de lixiviación usando bacterias biológicas, o bien "acaeas’ -biológicamente distintas a las bacterias- ya que ambos métodos permiten también sacar el cobre contenido en el mineral. Hay empresas que están investigando tecnologías nuevas, entre ellas Río Tinto, que tiene parte de acciones de McEwen Copper y quieren experimentar innovaciones con el cobre sanjuanino.

Meding dijo que los accionistas de la compañía van a financiar los tres estudios preliminares del desarrollo del proyecto. Además, para sacar "riesgo’ al proyecto se recurrirá a alianzas con expertos locales (UNSJ, EPSE, EPRE, Instituto de Minas, etc) tanto para el diseño del proyecto de lixiviación como de las energías renovables con las que contará el proyecto. El costo de construir la mina Los Azules surgirá al concluir esos estudios, pero en el 2017 se estimó una inversión de U$S 2.400 millones. Meding no duda que se conseguirán inversores, por la demanda mundial de cobre y por las ventajas que tiene San Juan frente a otras provincias para el desarrollo de proyectos mineros.

 

> Meding, en primera persona

 

  • "La idea es hacer algo técnico con el mínimo riesgo, que sea económico, con mejoras ambientales, interesante políticamente y para los accionistas; y que requiere un capital no tan enorme para poder seducir capitales internacionales para invertir en la Argentina".
  • "Queremos ser interesantes para otro tipo de inversores que hoy no invierten en minería, que son aquellos que quieren comprarse un auto Tesla y no saben de dónde vienen loas minerales. En definitiva queremos ser atractivos con un nuevo perfil de inversionistas". 
  • "Argentina tiene industria automotriz, hoy las grandes inversiones mineras están en el litio y se busca hacer baterías. ¿Qué falta para hacer un auto eléctrico?: las placas de cobre. Argentina podría aprovechar este momento, y convertirse en un centro de fabricación de vehículos de electromovilidad". 
  • "Cuando se acabe el mineral que se puede lixiviar, después de muchos años , ya se pueden haber desarrollado nuevas tecnologías de lixiviación, o bien decidir construir un molino con un proceso tradicional de flotación. Hay miles de oportunidades". 
  • "Hemos diseñado para Los Azules una mina a cielo abierto, con lixiviación en vez de molienda y flotación. Vamos a hacer pruebas metalúrgicas para confirmar esta futura aplicación".