Ante los anuncios del Gobierno nacional de Milei ya hay preocupación. El documento de la Confederación Federal PYME Argentina expresó que poner en riesgo la soberanía alimentaria de un país con capacidad para alimentar a más de 500 millones de personas es incomprensible e indiscutible. Destruir este entramado productivo pondrá a la Argentina en una posición de dependencia de las importaciones de alimentos, con el consiguiente riesgo de interrupciones en el suministro debido a factores como la volatilidad de los precios internacionales, los conflictos comerciales o las crisis geopolíticas”.Una fuente empresaria señaló que Argentina “no tiene cerrada la importación” de alimentos. Para ello se debe tener la aprobación del SENASA y la mercadería tiene que cumplir con todos los requisitos, hasta los octógonos negros que obliga la ley que obliga a informar al consumidor sobre los ingredientes.

Económicamente es muy difícil que una empresa o una persona pretenda anotarse en el registro de operadores de comercio exterior para dedicarse a importar productos de consumo masivos listos para el consumo. Es por ello que entre los empresarios se piensa que la medida está armada a la medida de los reclamos de los supermercados.