El Ministerio de Salud prohibió en todo el territorio nacional la importación, comercialización y uso del producto malatión, un insecticida considerado “probablemente cancerígeno” por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

La medida es para el producto “en cualquier presentación, como agente terapéutico para el control de enfermedades humanas”; así como también para el “destinado al control de vectores de importancia para la salud pública”, indica la resolución 2158.

 

En los considerandos de la normativa publicada hoy en el Boletín Oficial se indica que “la disposición Anmat prohíbe la venta libre y la venta profesional de productos desinfestantes domisanitarios cuyas formulaciones contengan el principio activo malatión”. No obstante, añade el texto, “la autorización de su empleo persiste por disposición Anmat N° 143 del 20/1/2009 en productos de uso exclusivo en salud pública”.

 

En ese sentido, la disposición (que lleva la firma del renunciante ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus) remarca que “el malatión se encuentra todavía autorizado en el país para su uso terapéutico en el control de ectoparásitos en medicina humana, teniendo a la población infantil como destinataria de alta vulnerabilidad a pesar de contarse con alternativas de fácil acceso y menor peligrosidad”.

 

Esa autorización, aclara, “rige únicamente para productos de venta bajo receta archivada y que los actualmente registrados no se encuentran comercializados al presente”.

 

El malatión “ha sido usado desde mediados del siglo pasado como insecticida en el agro, ectoparasiticida en medicina veterinaria, domisanitario para el control de plagas urbanas, agente terapéutico externo para algunas enfermedades en el hombre y agente químico para el control de vectores de interés para salud pública”, repasa el texto.

 

La resolución hace hincapié en la peligrosidad del malatión, cuyo principio activo “es un químico de síntesis perteneciente a la familia de los organofosforados, #CAS 121.75.5, #UN 2810, inhibidor de la enzima colinesterasa, caracterizado por la Organización Mundial de la Salud en la Categoría III de peligrosidad aguda y peligroso”.

 

En ese marco, advierte la normativa que “el malatión puede ingresar al organismo por todas las vías (percutánea, digestiva e inhalatoria) no siendo el umbral del olor una advertencia segura para concentraciones peligrosas”, y que “afecta el sistema nervioso, presenta toxicidad hepato-renal y reproductiva y se han dado casos de polineuropatía retardada, alteraciones sensoriales y neuroconductales irreversibles”.

 

Asimismo, remarca que la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC) informó en 2015 “que considera que existe evidencia limitada en humanos y suficiente en animales para considerar al malatión como carcinógeno probable”, lo que llevó al organismo de la OMS a modificar las listas de carcinógenos “incorporándose el malatión en el grupo 2A para linfomas no-Hodgkin y cáncer de próstata”.

 

Fuete: Télam