El secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, afirmó ayer que no vio ninguna prueba sobre un supuesto plan de Irán para atacar cuatro embajadas norteamericanas, que el presidente Donald Trump usó como argumento para justificar el reciente asesinato del general iraní Qasem Soleimani. "El presidente no citó una prueba en concreto y yo no he visto ninguna, en lo que a las cuatro embajadas se refiere", dijo Esper en una entrevista con la televisora CBS News, según las agencias de noticias ANSA y EFE. No obstante, el jefe del Pentágono agregó: "Comparto la visión del presidente de que probablemente atacarían nuestras embajadas porque son el punto más destacado de la presencia estadounidense en un país".

Para justificar la muerte de Soleimani, Trump dijo primero que el iraní planeaba ataques contra objetivos estadounidenses; luego, que quería "volar" la embajada norteamericana en Bagdad, y después mencionó planes contra otras misiones. "Puedo revelar que creo que probablemente habrían sido cuatro embajadas", sostuvo Trump el viernes pasado, en una entrevista con la televisora Fox News. Soleimani murió el 3 de este mes en el aeropuerto de Bagdad, como consecuencia de un ataque con drones ordenado por Trump sin consulta al Congreso. Luego, como represalia, Irán bombardeó dos bases militares norteamericanas ubicadas en Iraq. El bombardeo no dejó muertos ni heridos en esas bases, pero sí tuvo un saldo trágico inesperado, ya que "por error humano" uno de los misiles lanzados por la Guardia Revolucionaria le dio a un avión ucraniano, ya que creyeron que era otro misil que se acercaba a ellos. Como resultado, murieron las 176 personas que iban a bordo del avión, sobre todo iraníes, canadienses y ucranianos.

Como el régimen del presidente Hassan Rouhani negó sistemáticamente durante varios días haber derribado el avión de un misilazo, y al final terminó admitiéndolo pero culpando a EEUU por haber "atacado primero", miles de ciudadanos iraníes se lanzaron a las calles a protestar contra esa maniobra de encubrimiento y a exigir la renuncia de su líder. Esas manifestaciones crecían en masividad ayer mismo, por lo que Irán debió abrirse a un periodo de diálogo de naciones cercanas, apenas horas después de un nuevo bombardeo sin autor identificado contra una base militar iraquí, donde había soldados norteamericanos (ver aparte). En ese marco, Qatar y Omán iniciaron conversaciones regionales para frenar la escalada violenta que desató la decisión de EEUU de matar en Irak a Qasem Soleimani.

 

Nuevo ataque a una base militar iraquí

Cuatro cohetes golpearon ayer una base iraquí al norte de Bagdad, que aún albergaba a algunas tropas de EEUU, e hirieron a cuatro miembros de la Fuerza Aérea de Iraq, según informaron fuentes militares a medios internacionales.

La oficina de prensa del primer ministro iraquí, Adil Abdul Mahdi, informó en Twitter que "al menos 8 cohetes Katyusha han sido lanzados contra la base aérea de Balad, donde están desplegadas tropas estadounidenses" y, además, informó que dos oficiales y dos soldados iraquíes resultaron heridos.

Desde que el martes a la noche Irán respondió al asesinato de uno de sus comandantes en Bagdad con un ataque a dos bases iraquíes con tropas de Estados Unidos, varios cohetes de baja precisión y alcance como los Katyusha fueron lanzados contra objetivos militares vinculados a Washington en el país y contra la llamada Zona Verde en la capital, la zona protegida donde se encuentran las embajadas y la sede del gobierno.

Ningún grupo reivindicó esos ataques ni se identificó como responsable directo o autor; sin embargo, por el uso de Katyusha es posible que se trate de alguna de las milicias chiitas pro iraníes y cercanas al gobierno iraquí que también perdieron a uno de sus comandantes en el bombardeo estadounidense del viernes 3 de enero.