Pasa en las películas y en las series de Netflix. Pero también sucede en la vida real: en un control de rutina, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) frustró el ingreso de ocho kilos de cocaína en el penal de Florencio Varela. La droga fue dejada en un depósito por una empresa proveedora y estaba oculta en un cajón de tomates.

 

Así lo informaron fuentes del SPB y del Ministerio de Seguridad bonaerense. Una vez descubiertos los ocho kilos de cocaína, las autoridades carcelarias hicieron una denuncia penal y dieron intervención a la policía bonaerense que colaboró en la inspección de las instalaciones.

 

Fuentes del caso explicaron que la Dirección Asuntos internos del SPB investiga si existió connivencias entre las personas que dejaron la droga en el depósito y personal penitenciario que trabaja en la Unidad Carcelaria 24 de Florencio Varela, donde hay alojados 1.344 presos.

 

"La verdura fue llevada hasta el penal por una empresa proveedora, cuyo personal dejó 38 cajones con tomates en uno de los depósitos del predio, donde se elabora de la comida de los presos", explicaron los voceros consultados.