Bebía con un amigo, una banda los acusó de ladrones y lo mataron de un cuchillazo

Tenía 22 años y al parecer nada tenía que ver con el robo. Sus conocidos quemaron la casa de uno de los acusados

1 de 3 - La madre de la víctima, Lidia Chávez, contó ayer que su hijo trabajaba de lunes a viernes y no tenía problemas con nadie. Pidió justicia.

2 de 3 - Destruido por las llamas quedó el rancho en la Villa Larga de la única detenida por el crimen de Braian Chávez.

3 de 3 - Braian Chávez (22) era uno de ocho hermanos.

Braian Chávez (22) recibía por encima de una pared el hielo que un amigo le pasaba para seguir bebiendo, a eso de las 6 de ayer, cuando llegó una banda de cuatro sujetos (tres jóvenes y una mujer) a ajustar cuentas por el robo de unas zapatillas ocurrido un momento antes. Según la Policía, uno de esos sujetos estaba convencido de que el amigo de Chávez era el autor del robo. Y si bien ese joven pudo sortear el ataque pues estaba dentro de su casa, Braian quedó expuesto a los violentos y recibió certero puntazo en el pecho. Corrió unos metros, pero se desplomó para nunca más levantarse a escasos metros de su casa en el barrio Marquesado III, en Rivadavia.

Instantes después, conocidos y allegados a la víctima fueron hasta un asentamiento contiguo al barrio, la Villa Larga, y quemaron el rancho de una joven de 27 años de apellido Tapia.

Un poco más de tres horas después, los policías de Homicidios comandados por el comisario inspector Angel González y el subcomisario Marcelo Llanos, tenían a los cuatro implicados en el crimen detenidos y en base a las pruebas recabadas, daban por resuelto el caso.

Hasta lo que pudieron reconstruir los pesquisas todo comenzó en la casa incendiada. Allí bebían Tapia (a quien le incautaron dos cuchillos cuando quedó detenida), su novio identificado por su apellido, Diego, alias "Guacho Menor" (23) y un menor de 16 años. Según esa versión, dormían cuando alguien entró y le sustrajo las zapatillas a Diego.

El supuesto ladrón (sería el amigo de Chávez) fue visto por las víctimas y entonces Diego fue hasta su casa en Villa Observatorio, Chimbas, buscó a un amigo de apellido Leiva (21) y marcharon a ajustar cuentas en el barrio Marquesado III. Y dieron con ellos, pero en la Policía sospechan que Diego liquidó el pleito contra la víctima equivocada, pues Chávez no habría tenido nada que ver con el robo de las zapatillas.

"Mi hijo trabajaba de lunes a viernes con un hombre que iba a vender verduras en Calingasta. No tenía problemas con nadie. No sé por qué lo mataron y no sé quiénes quemaron esa casa, pero queremos justicia", dijo ayer Lidia Chávez, madre de la víctima.

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