Carlos estaba feliz. Había encontrado a la "mujer de su vida" y se preparaba ilusionado a formar una familia. Pero, el amor por su novia se terminó convirtiendo en una pesadilla que duró cuatro años y de la que le costó mucho salir. Recién cuando estuvo en riesgo su vida decidió huir de esta relación que le dejó ataques de pánico y depresión como secuela. Se trata de un joven de 29 años, víctima de la violencia ejercida por su pareja, que decidió contar su historia para concientizar. Él se animó a hablar y pedir ayuda tras conocer la existencia de la agrupación "Sumar" que brinda asistencia y contención a víctimas de violencia sin hacer distinción de género. Como Carlos, otros 132 hombres fueron víctimas de maltrato en lo que va del año, según datos proporcionados por la Dirección de la Mujer.

Carlos aún siente algo de temor. No al maltratado, sino a la exposición pública y a ser tildado de cobarde por haber dejado que su pareja lo maltratara psicológica y físicamente. Es por este motivo que le pidió a DIARIO DE CUYO mantener su identidad oculta. Y, dijo que por ese mismo temor y por vergüenza es que no se animó a denunciar a su agresora pese a que tuvo intenciones de matarlo.

Todo comenzó hace cuatro años y al poco tiempo de convivir con ella. Los celos de la chica fueron el primer síntoma de una relación "tóxica". "Ella empezó a celarme por todo y creyendo que yo la engañaba, pero yo lo consideraba normal y pensaba que ya se le iba a pasar. Sin embargo la situación fue empeorando día a día. Me hacía problema cada vez que salía, me revisaba el celular, me seguía, me esperaba afuera del trabajo para cerciorarse de que estaba ahí y hasta comenzó a hacerme escándalos en plena calle y delante de la gente. Yo aguantaba con la esperanza de que todo iba a cambiar en algún momento. Pero eso nunca sucedió", dijo Carlos.

Tras el acoso y las agresiones verbales, llegó el maltrato físico. El joven contó que su pareja lo agredía arrojándole cosas y rasguñándole los brazos, la cara, el pecho. Sin embargo, él dijo que nunca respondió a los ataques porque sus padres le inculcaron el amor y el respeto por las mujeres. Pero los ataques se fueron intensificando, y Carlos decidió ponerles fin de una vez por todas. Aunque esa decisión casi le costó la vida. "Una noche llegué de trabajar dispuesto a terminar la relación con ella. La noté alterada, pero igual me senté para hablarle. Ella estaba sentada enfrente mío con una mano oculta detrás de la espalda. Cuando le dije que me quería separar, me dijo "bueno, pero si no sos mío no vas a ser de nadie". En ese momento sacó su mano oculta en la que tenía una tijera y me atacó. En el forcejeo me hizo cortes en los brazos y en la cara. Esa escena sigue en mi mente como si acabara de suceder, a pesar de que ya pasaron cuatro meses de eso", sostuvo el joven.

Pese al ataque, Carlos no denunció a su novia porque, según dijo, la amaba y porque le daba vergüenza ir a una comisaría a contar lo que le pasaba. Sólo atinó a abandonar la casa que compartía con ella y regresar a vivir con sus padres donde comenzó a transitar otra etapa dura de su vida. Tras el "infierno" que vivió cayó en depresión y comenzó a padecer ataques de pánico. Pero gracias a la agrupación "Sumar" comenzó a recuperarse. "Una amiga se enteró de esta agrupación por el campeonato de fútbol femenino que organizó para dar a conocer su trabajo con las víctimas de violencia. Busqué la ayuda de estas personas y realmente me cambió la vida. De a poco salí de la depresión y de los ataques de pánico. Incluso retomé la carrera de Profesorado de Inglés que había abandonado. Lo que más valoro de esta agrupación es que me hizo sentir una persona respetada en todo momento y que vale la pena buscar ayuda. Por eso quise contar mi historia, para decirles a los hombres víctimas de maltrato que busquen ayuda para salir de la violencia a tiempo. Que aunque parezca imposible, se puede lograr", dijo.

 

  • En 3 años subió la cantidad de hombres maltratados

Según la Dirección de la Mujer, desde hace tres años ellos registran un aumento de casos de violencia familiar en los que la víctima son hombres. Adriana Ginestar, al frente de esta repartición, dijo que si bien las cifras son bastante menores a las registradas sobre maltrato a mujeres, también representan una preocupación y reciben asistencia.

Los datos oficiales muestran que en el 2018 hubo 145 hombres maltratados que solicitaron protección y asistencia. En el 2019 fueron 260, mientras que en el 2020 la cantidad alcanzó los 283. En tanto que en lo que va del año ya son 132 las víctimas masculinas de violencia. Ginestar dijo que este incremento no necesariamente es porque haya crecido la cantidad de casos, sino a que son más los hombres que se animan a pedir ayuda para salir de esta problemática. "En la Dirección de la Mujer Provincial se les ofrece a los hombres el abordaje de los equipos interdisciplinarios especializados en violencia familiar tal cual se le ofrece a las mujeres. Se les da asistencia y contención tanto en la Dirección como en las Áreas Mujer Municipales donde también pueden acudir a buscar ayuda", dijo la funcionaria.

También agregó que no se tiene discriminado si estos hombres sufrieron violencia física, psicológica o ambas. Como tampoco cuántos casos fueron judicializados.

En este aspecto, Claudia Salica, fiscal coordinadora del CAVIG (Centro de Abordaje de Violencia Intrafamiliar y de Género, inaugurado en diciembre del 2020), dijo que en lo que va del año se registraron 1.075 denuncias por violencia de género en este centro, de las cuales 10 correspondieron a casos de hombres víctimas de maltrato.

 

  • En ayuda de las víctimas de maltrato

Hace un par de semanas, se realizó en la provincia un campeonato de fútbol femenino para fomentar la igualdad de género e incentivar la autoestima a las mujeres víctimas de violencia. Fue organizado por "Sumar", una agrupación sin fines de lucro que se dedica a asistir y contener a hombres y mujeres que padecen este flagelo. Los resultados de esta iniciativa fueron positivos.

Melisa Llanos, presidenta de la agrupación, dijo que luego del campeonato 30 mujeres y 4 hombres se acercaron a pedir contención. "Vino gente hasta de departamentos de la periferia a buscar ayuda. A todos les dimos contención con especialistas y también con mercadería a las personas que también están en mala situación económica. Aunque no pudimos ayudarlas a todas porque somos una agrupación que funcionamos a pulmón, sin contar con ayuda del Estado", dijo Llanos.