La interna del Frente para la Victoria es la única que, por ahora, no se ha desgranado. En ella todavía compiten el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, el actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, el legislador de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Taiana, y el ministro de Defensa, Agustín Rossi.

Faltan pocos meses para las elecciones y uno podría preguntarse por qué tantos precandidatos. La clave es que la mayoría está esperando la venia presidencial, y ser ungidos por Cristina Fernández de Kirchner como su sucesor.

Lo cierto es que a excepción de Scioli y Randazzo, ninguno supera los 2 puntos de intención de voto. Muy poco para cualquier precandidato en estas instancias, a no ser que pueda apropiarse del sello de origen ‘100% K‘ y buscar la transferencia plena de los apoyos que obtiene la presidenta.

Esta es una hipótesis muy lejana para cualquiera, pero nunca es malo recordar que en Argentina, a pocos meses de las elecciones de 2003, la gente no sabía pronunciar el apellido Kirchner. Después tuvieron 12 años para aprenderlo.

Los precandidatos que vienen de atrás, como jugadores de ruleta, esperan obtener un pleno, y luego otro y otro más, para llegar a agosto como candidatos del Frente para la Victoria. No es imposible, pero sí es una posibilidad muy remota para ellos.

Daniel vs. Florencio
Son los dos precandidatos que más miden: de un lado el gobernador, Daniel Scioli, con su ola naranja. Del otro el ministro del Interior Florencio Randazzo, con sus trenes y sus DNI.
Cristina Fernández de Kirchner no oculta que para ella, el menos deseado de los precandidatos del Frente para la Victoria es Daniel Scioli. De hecho permitió hace tiempo la jugada del envío de mensajes de texto que anunciaban la llegada de nuestro DNI con la firma de Randazzo, ¿lo recuerda?. Esa fue una de las claves para su instalación nacional. Luego, la fuerte campaña con los trenes profusamente difundida en el Fútbol para Todos. Y ahora el proyecto de estatización de los ferrocarriles. Todo esto fortalece la precandidatura del chivilcoyano. Pero, ¿alcanza? Por ahora, no. Esa pelea sigue muy desbalanceada a favor de Scioli.
Para darnos una idea de esto, según datos nacionales de Carlos Fara y Asociados, hoy en el escenario general Scioli obtendría más de 20 por ciento de los votos y Randazzo 5 por ciento. Así mismo, según nuestros datos, en San Juan hoy Scioli obtendría casi 30 puntos, contra 6 del ministro. Mucha ventaja a 5 meses de las elecciones. El sprint final de Randazzo debiese ser poco menos que arrollador para neutralizar una diferencia tan grande.

Cristina: ‘Y mi candidato es…‘
La clave para el ministro es conseguir un apoyo explícito y contundente de la presidenta y una desautorización clara a la candidatura de Scioli. Esto le permitiría capitalizar el núcleo duro de los apoyos a la gestión.

De todas formas, bendecir a Randazzo tendría sus costos para Cristina Fernández de Kirchner. Por un lado, al ‘jugarse‘ por un candidato, Cristina estaría atada a su suerte, y podría perder anticipadamente el liderazgo interno del Frente para la Victoria. Y como dice el viejo dicho ‘en el peronismo se perdona todo menos la derrota‘.

Al mismo tiempo, Scioli también podría armar sin condicionantes y quedarse con todo, sin tener que negociar. Lo mismo sucedería si el gobernador no tuviese rivales internos. Por eso, la jugada de Cristina parece estar destinada a tener unas primarias medianamente competitivas, para hacer pesar su apoyo, condicionar la candidatura de Scioli y el armado de listas, que se acerca.

Mazzón busca empleo
Últimamente se ha visto a la Presidenta muy sensible a perder los lugares en las listas. Esto explica el despido del histórico operador político mendocino, Juan Carlos ‘Chueco‘ Mazzón, motivado en que las listas del peronismo mendocino (de elecciones anticipadas) cerraron sin la participación de La Cámpora. Resultado: afuera Mazzón. Esto puede parecer un tema menor, pero quienes conocen la dinámica interna del peronismo saben del papel que le esperaba a Mazzón en los próximos meses. Este es un fuerte mensaje al interior del peronismo y queda por verse quién ocupará el rol de articulador de intereses en un Frente para la Victoria en ebullición.

¿Y si patean el tablero?
Una decisión que podría modificar el tablero político nacional sería que Randazzo declinara su candidatura nacional y decidiera ir a competir a la provincia de Buenos Aires acompañando a Scioli. El Ministro ha descartado enfáticamente esta hipótesis y asegura que será precandidato a presidente de la nación. Al mismo tiempo tira permanentemente dardos a Scioli. Pero esto es política, y aquí se mezclan ideologías, emociones, convicciones, egos y conveniencias.

El Frente para la Victoria deberá resolver su interna y recién después vencer a los precandidatos presidenciales Sergio Massa y Mauricio Macri.