Buenos Aires, 25 de enero.- A catorce años del crimen del fotógrafo José Luis Cabezas sólo dos de los nueve condenados cumplen todavía penas de prisión, aunque con arresto domiciliario, uno murió y el resto está en libertad. Familiares, trabajadores de prensa y dirigentes sociales recordaron al reportero gráfico asesinado con una concentración en Pinamar y una marcha de silencio hasta la cava de General Madariaga donde lo mataron y el monolito que lo recuerda.
En la ocasión se reiteraron los reclamos de justicia y la hermana del fotógrafo, Gladys Cabezas, reclamó ‘saber por qué estos asesinos no están detenidos‘.
Al hablar frente a los asistentes, la mujer agradeció a la gente de Pinamar y les dijo ‘ustedes no se merecen tener asesinos, ustedes son buenas personas. Gracias también en nombre de mi mamá y en nombre de Cristina (la viuda de Cabezas)‘.
En febrero de 2000 fueron condenados los ‘horneros‘ Horacio Braga, Gustavo González, Héctor Retana y José Luis Auge a la pena de ‘prisión perpetua‘ como partícipes primarios del crimen, y la misma pena le cupo al ex jefe de seguridad del empresario Alfredo Yabrán, Gregorio Ríos, como ‘instigador‘.
Los ex policías Gustavo Prellezo, Aníbal Luna y Sergio Cammarata recibieron penas de ‘reclusión perpetua‘ como partícipes primarios del hecho del que hoy se cumplen 14 años.
Casi tres años más tarde, en diciembre de 2002, fue condenado a prisión perpetua el ex comisario de Pinamar Alberto ’La Liebre’ Gómez, acusado de ‘liberar la zona‘ en la que se cometió el secuestro y posterior crimen.
De todos ellos, los ex policías Prellezo (desde octubre pasado) y Gómez (desde marzo) siguen detenidos, aunque beneficiados por el régimen de prisión domiciliario. De los ‘horneros‘, Retana murió en prisión, pero Auge recuperó la libertad en diciembre de 2004, González en febrero de 2005 y Braga en abril de ese mismo año.
Los también ex policías Cammarata y Luna quedaron libres en 2006 y hoy, según detectó una investigación periodística, trabajarían para una agencia de seguridad privada en Pinamar.
El último en recuperar la libertad fue Gregorio Ríos, quien obtuvo ese beneficio en octubre de 2008.