Hace un mes, una pistola calibre 32 con cinco balas se acercó a quince centímetros de la frente de Cristina Kirchner cuando llegaba a su casa. Justo en ese momento la vicepresidenta se agachó para levantar un ejemplar del libro “Sinceramente” que había caído a sus pies. El arma fue gatillada pero el tiro no salió. Ni la ex presidenta ni la custodia se dieron cuenta en ese momento del peligro del que se habían salvado. El atacante, Fernando Sabag Montiel, fue atrapado segundos después por militantes kirchneristas. Su novia, Brenda Uliarte, quedó detenida cuatro días después. Los dos fueron considerados coautores del intento de homicidio agravado. Además, están presos el jefe de ambos en el negocio de la venta de copos de azúcar, Nicolás Gabriel Carrizo; y la amiga de ella, Agustina Díaz, acusados de ser partícipes del plan que, según la causa, se puso en marcha el 22 de abril.

Este es el escenario que está planteado en la causa. Sabag Montiel y Uliarte están considerados como coautores del intento de homicidio agravado. Carrizo y Díaz quedaron procesados anoche como sus cómplices, en un rol de partícipes secundarios. Pero la investigación no se termina: fuentes judiciales señalaron a Infobae que ahora causa apunta a profundizar la hipótesis del financiamiento y también el intento de alquiler de un departamento en el barrio de Recoleta, que iban a ir a ver Brenda y Sabag Montiel antes del atentado.

Es que la pareja hablaba en sus chats de ir a ver el departamento. En el teléfono de Brenda se encontró incluso un video que le mandó el dueño. Durante todo el tiempo se pensó que el departamento era enfrente de la casa de CFK. Pero ahora se descubrió que la casa quedaba sobre la avenida Callao a varias cuadras de la vivienda de la vicepresidenta, revelaron las fuentes consultadas. Esa una de las hipótesis que buscan respuestas.

Nadie se explica hasta ahora con qué dinero iban a pagarlo. El perfil económico de los acusados se viene trabajando desde el primer día. La Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) elaboró un informe que llegó en las últimas horas a la causa: ninguno tenía recursos en blanco para financiar la planificación de un homicidio. Vale recordar: a Sabag Montiel lo detuvieron con 26 pesos encima y a Brenda con un total de 78 pesos, repartidos en billetes y monedas. Pero la querella apuntó a profundizar esa pista.

Otra de las apuestas para el avance de la investigación tiene que ver con la profundización de los análisis de los teléfonos. Y es que precisamente allí estuvo la clave para poder encontrar gran parte de la prueba que cimentó el avance de las diligencias en este mes. Por eso fue un golpe duro que en la misma madrugada posterior al ataque fracasara el intento de un técnico de la Policía Federal para extraer la información del teléfono de Sabag Montiel que terminó formateado. Por estas horas, los expertos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria lograron recuperar parte de la información de ese teléfono que ahora se va a empezar a analizar, revelaron a Infobae las fuentes consultadas.

El análisis de ese celular y los entrecruzamientos con el resto de los dispositivos puede desembocar en nuevas imputaciones y la determinación de cursos de investigación hasta ahora no abordados, dijo la jueza a la hora de evaluar que todos los implicados en la causa deben seguir presos.

No es el único análisis de dispositivos electrónicos encontrados: ahora se está mirando con lupa toda la información de los celulares, tablet y computadoras de Agustina Díaz y de un chip que se le encontró. También de los equipos encontrados en los allanamiento hechos en la casa de Nicolás Carrizo, tras su detención en tribunales. Es que el jefe de los “copitos” ya había dejado su celular cuando declaró como testigo y fue la prueba que lo llevó preso porque decía que el plan para matarla debía concretarse la semana siguiente. El acusado insiste en que fue un chiste, pero la jueza no le creyó y lo procesó.

En la mira también quedaron los amigos de Carrizo Miguel Ángel Castro Riglos, Sergio Orozco, Leonardo Volpintesta y Lucas Acevedo, quienes declararon como testigos. La querella de Cristina Kirchner, sin embargo, apuntó a ellos como sospechosos. Algo parecido pasó con dos personas del entorno de Carrizo: Joana “Joa” Colman, agendada como “Mind Freak” y con Jonatan Posadas, que aparece como “Jony White jajaja”.

Colman es la que les recomienda al grupo de whatsapp de Carrizo que no borren sus teléfonos porque la información la van a recuperar igual y les asegura que Sabag Montiel intentó asesinarla por plata. “Jony” es un familiar de Carrizo y es el que en la noche del atentado celebra con la frase “Los sicarios de los copos de nieve” cuando el hoy detenido le avisa que ahora irían por el líder de La Cámpora. En la madrugada del jueves, a pedido de la querella, la jueza allanó las casas de estas dos personas y secuestró sus teléfonos que ahora también serán estudiados.

Para la querella, hay que profundizar más líneas. Incluso han pedido que se secuestren las cámaras de seguridad de la Policía de la Ciudad de una casa en Barracas en donde se habían reunido Brenda y “los copitos” en el fin de semana posterior al ataque. En sus declaraciones públicas, el abogado José Manuel Ubeira cuestiona a la fuerza de Horacio Rodríguez Larreta por los movimientos previos al atentado como lo ocurrido durante el sábado 27 de agosto cuando se instalaron las vallas en los alrededores de Cristina Kirchner.

Las pruebas llevadas por la AFI a la causa sobre la hipótesis de Revolución Federal no se investiga dentro del expediente. Es que la jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo, respaldados por el camarista Mariano Llorens, dijeron que por ahora no hay ningún elemento que vincule la actividad de esa agrupación con el atentado en sí. La participación de Brenda Uliarte en la marcha de las antorchas en Casa Rosada el 18 de agosto no es un indicio per sé. El juez Marcelo Martínez De Giorgi y el fiscal Gerardo Pollicita deberán profundizar la investigación. Si surge algún elemento que una a la agrupación con los acusados, se podrá revertir el criterio.

Cuando se convirtió en su propia defensora en la causa en donde está acusada de ser jefa de una asociación ilícita que defraudó al Estado, Cristina Kirchner planteó que hay más ideólogos del atentado en su contra. “Lo tengo clarísimo: nadie puede pensar que esa banda planificó e ideó intelectualmente lo que me hicieron”, dijo. Y afirmó que se siente indefensa porque “desde el ámbito judicial se da licencia social para que alguien pueda hacer cualquiera”.