Al salvataje de Evo. Funcionarios de México revelaron ayer que el traslado de Evo Morales a ese país fue "coordinado" desde Buenos Aires junto con el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández.


Aferrado con uñas y dientes a su inquebrantable voluntad de enarbolar las banderas de la centroizquierda en Latinoamérica -o progresismo- término con el que se siente más cómodo, el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, cuestionó en duros términos a Estados Unidos a quien a acusó de estar detrás del golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales.

Esta manifestación pública de quien asumirá el gobierno argentino a partir del 10 de diciembre puede ser una piedra en el zapato para Alberto que necesita imperiosamente el apoyo de EEUU para renegociar el pago de la deuda con el FMI, del cual es socio principal.

En sintonía con el rol de líder regional que quiere imprimirle Alberto Fernández a su gobierno, con eje en el alineamiento progresista, celebró ayer que se haya "rescatado con vida" a Evo Morales, quien ayer llegó a México en carácter se asilado político. Pero al mismo tiempo se despachó contra Washington por su postura a favor del conflicto en La Paz.

Sin vueltas, Alberto señaló que el país gobernado por Donald Trump "volvió a las peores épocas de avalar golpes de Estado en América latina".

Una declaración que seguro tensará la relación bilateral con el país del Norte.

Fernández reveló además que presentó una queja ante el gobierno de los EEUU, a través de una conversación telefónica que mantuvo el lunes con funcionarios del Departamento de Estado norteamericano.

Por otro lado, Fernández dijo no compartir el comunicado emitido ayer por la Casa Blanca, en el que el presidente Trump consideró a la forzada salida del presidente de Bolivia como "un momento importante para la democracia en el hemisferio occidental", y como una advertencia para los "regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua".

"Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y al ejército boliviano por acatar su juramento de proteger no sólo a una persona, sino a la Constitución boliviana", dijo Trump el lunes.

"No comparto el comunicado de EEUU. No hay ningún ejército victorioso", se quejó ayer el mandatario electo argentino, y añadió: "Estados Unidos volvió a las peores épocas de avalar golpes de Estado en América latina".

Reveló también que ayer se comunicó con funcionarios del Departamento de Estado de los EEUU: "Les hice saber que fue muy poco feliz el comunicado", dijo Fernández. "Quiero tener la mejor relación con Estados Unidos, y eso supone poder decirnos las cosas francamente. Lo que ha pasado no está bien. Ha sido lisa y llanamente un golpe de Estado. No se pude disfrazar de otra cosa", manifestó.

También volvió a cuestionar la postura del gobierno argentino, expresada a través del canciller Jorge Faurie: "Dijo "dejemos que los bolivianos solucionen sus problemas", pero no advierten lo mismo con Venezuela. Yo no sé qué necesita Faurie para reconocer un golpe de Estado", indicó Fernández. En tanto, celebró que la Unión Cívica Radical (UCR) haya definido lo que ocurrió en Bolivia como un golpe de Estado: "No hablaría bien de ellos" que no lo hubieran señalado, consideró Fernández.

  • Macri aboga por elecciones libres

El presidente Mauricio Macri, pidió ayer la convocatoria de "elecciones libres y justas" para resolver la crisis de Bolivia y evitó mencionar si se trataba de un golpe de Estado como proclama su susesor Alberto Fernández. "Creemos en el diálogo como único mecanismo de salida de cualquier crisis que pueda tener una nación. Las elecciones son la mejor manera de transparentar la voluntad del pueblo boliviano, y que sus mecanismos previstos en su Constitución son los que van a permitir resolver esta cuestión", afirmó Macri. En ese sentido, adelantó que "Argentina trabajará por una región en paz, con instituciones fuertes e independientes que renuncien a la violencia y consoliden la unidad de los pueblos".