Con amplio apoyo, a pesar de la rebeldía de algunos legisladores vinculados al kirchnerismo que anticiparon anoche, al cierre de esta edición, su voto en contra o su abstención, el Gobierno se encaminaba anoche a lograr en el Senado la aprobación definitiva al proyecto de ley que da luz verde al acuerdo con el FMI para refinanciar la deuda por unos 45.000 millones de dólares. Según los cálculos, el acuerdo tendría un apoyo de entre 50 y 55 votos, lo que le asegura los dos tercios necesarios ya que, por su tratamiento exprés, no se cumplió con los pasos reglamentarios para una votación por mayoría simple.

Ahora, tras la promulgación de la ley por parte del Ejecutivo, el directorio del organismo multilateral (board) deberá ratificar el entendimiento para que se ponga formalmente en marcha el nuevo plan, que se extenderá hasta 2034 y contempla metas fiscales, monetarias y de inflación. Además permite diferir los pagos de este año y de 2023 lo que da respiro a las arcas del Estado.

Ayer, horas antes de la votación clave en el Senado, el portavoz del FMI, Gerry Rice, indicó que un apoyo amplio político y social en Argentina resultará clave para que el plan resulte exitoso. También advirtió que será una "tarea desafiante" cumplir con el programa acordado con Argentina en este contexto internacional por la guerra Rusia-Ucrania -ver La furiosa interna...-.

El tratamiento del pacto en el Parlamento se dio con toda celeridad en vistas a que el lunes y el martes de la semana próxima Argentina debería afrontar vencimientos con el FMI por unos 2.800 millones de dólares y el Banco Central no dispone de reservas para hacer frente a este pago. Es decir, si no se lograba en el Congreso la aprobación del acuerdo, Argentina enfrentaba un eminente default. Frente a este escenario, el Gobierno optó por no esperar los plazos regulares para el tratamiento de una iniciativa en el Senado y tratar que el acuerdo se aprobara en una sesión especial, que sólo se habilita con dos tercios de los 72 votos de la Cámara Alta.

Tal como ocurrió en Diputados, el proyecto logró la media sanción del Senado por el aporte clave de votos del Juntos por el Cambio (JxC) que rechaza el plan de ajuste incluido en el programa pactado en el "staff" del FMI pero alega que es mejor un acuerdo a caer en "default". Por eso, el Gobierno cambió el proyecto original, dejó un solo artículo y eliminó el plan económico para alcanzar las metas acordadas con el FMI. Lo que se aprobó es solamente la autorización para que el Ejecutivo de Alberto Fernández pueda refinanciar la deuda.

El nuevo programa de facilidades extendidas prevé desembolsos totales por unos 45.000 millones de dólares para que Argentina pueda afrontar los pesados vencimientos con el organismo entre este año y 2024 derivados del acuerdo de 2018.

El primer desembolso del FMI será de U$S 9.800 millones que apenas se formalice el acuerdo.

Entre uno de sus principales objetivos, el nuevo programa busca atacar la persistente alta inflación (50,9 % en 2021) a través de una estrategia múltiple que implica una reducción de la financiación

monetaria del déficit fiscal y un nuevo marco de política monetaria, con tipos de interés reales positivos para apoyar la financiación al Tesoro a través del mercado doméstico.

Establece además una reducción gradual del déficit fiscal primario, desde el equivalente al 3% del producto bruto interno (PBI) en 2021, al 2,5% este año, el 1,9% en 2023 y el 0,9 en 2024, meta que obligará a Argentina a reducir los subsidios energéticos y aumentar la recaudación impositiva, entre otras medidas.

  • Será una "tarea desafiante" dice el FMI

Horas antes de la votación en el Senado, el FMI afirmó ayer que será "una tarea desafiante a la luz de la coyuntura mundial", signada por la guerra en Ucrania y consecuente aumento en el precio de las materias primas "que ya está afectando la inflación" en las economías emergentes, llevar adelante el programa acordado con la Argentina en el marco de la renegociación de la deuda. Sin embargo, el Fondo destacó que "un amplio apoyo político y social sería fundamental para el éxito general" de esos lineamientos.

Así lo expresó el vocero del organismo de crédito multilateral, Gerry Rice en su habitual conferencia de prensa quincenal, a pocas horas del inicio del debate en el Senado de la Nación del acuerdo con el Fondo, tras el aval mayoritario que recibió la semana pasada en la Cámara de Diputados. Allí, al referirse específicamente al caso argentino, Rice precisó que el programa que implica el acuerdo, de 30 meses de duración, "busca comenzar a reducir la persistente alta inflación a través de una estrategia múltiple que implica una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal, y un nuevo marco para la implementación de la política monetaria para generar tasas de interés reales positivas, para respaldar los activos en pesos". Esto por supuesto, continuó Rice, "será una tarea desafiante a la luz de la coyuntura mundial en evolución, ya que el aumento de los precios de las materias primas está afectando la inflación en todo el mundo".

Tras la promulgación, el directorio del FMI deberá reunirse para dar la luz verde definitiva al acuerdo.

De esa forma respondió al ser consultado sobre el posible impacto de la coyuntura de la guerra en la inflación y en las metas del programa.

En este punto, Rice precisó que "la Argentina, al igual que otras economías emergentes, ya se está viendo afectada por la guerra en Ucrania, incluso con el aumento de los precios mundiales de las materias primas que ya está afectando la inflación".

En ese marco, el vocero del FMI sostuvo que, pese a que el equipo técnico está evaluando el impacto de la guerra sobre el crecimiento, y los saldos externo y fiscal, "las incertidumbres siguen siendo grandes y dependen de la duración del conflicto", en referencia al conflicto.

"Creemos que un amplio apoyo político y social en la Argentina sería fundamental para el éxito general del programa económico. Ya sabes, la propiedad amplia, el amplio apoyo político e interno es clave", consideró Rice, luego de rehusarse a opinar sobre la postura de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y su espacio, ante una consulta periodística, acerca del entendimiento entendimiento técnico alcanzado por el Poder Ejecutivo en la renegociación del inédito préstamo por unos U$S 45.000 millones contraído por la gestión de Mauricio Macri en el último tramo de su mandato.

  • La furiosa interna por fondos para la energía

En medio de la interna entre el kirchnerismo duro y el Gobierno de Alberto Fernández, el Ministerio de Economía aumentó a 200.000 millones de pesos (unos 1.826 millones de dólares) el techo de recursos para hacer frente en marzo a los gastos energéticos. Esta mejora se acordó tras una dura carta del secretario de Energía, Darío Martínez -un funcionario que responde a Cristina Kirchner- que alertaba al Gobierno de un escenario con falta de gas por los recortes en los subsidios por parte del Ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán.

La medida va en contramano con las recomendaciones del FMI para reducir el déficit fiscal.

La tercera carta de reclamo que se conoció ayer por parte de la Secretaría de Energía al Ministerio de Economía dejó al descubierto las desavenencias entre distintas facciones del Gobierno, en momentos en que Argentina está terminando de cerrar un acuerdo con el FMI que implica recortar el déficit fiscal, en especial los subsidios energéticos.

De acuerdo a la explosiva carta de Martínez, Guzmán en vez de girarle en marzo $309.802 millones, como había solicitado el neuquino, le envió $66.015 millones, el 21% de lo pedido.

"No alcanzaría siquiera para cubrir el pago del gas que importamos de Bolivia, el barco metanero de GNL que adquirió IEASA para cubrir la falta de gas que produce temporalmente una parada técnica de tratamiento planificada, y los 17 barcos de gasoil que contrató Cammesa para abastecer a las centrales térmicas y sus depósitos que se encuentran en niveles mínimos, naves que ingresarán a puerto durante marzo", escribió en la carta fechada el 15 de este mes.

La carta que parece describir un escenario aún más grave al que ya se conocía, también parece ser de una relación sin retorno entre Martínez y Guzmán. De todos modos, Martínez sacó un comunicado después de confirmarse los fondos para energía tras su reclamo y ensayó una explicación para su desafío al Presidente y al ministro de Economía.

"Es habitual que los techos se eleven o modifiquen en función de las notas de cada repartición, como ocurrió en este caso. Hay un ida y vuelta permanente administrativo con Hacienda y Economía", sostuvo el secretario de Energía.

El alerta en San Juan

Desde la Unión Industrial de San Juan (UISJ) dijeron esta semana que por el impacto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y por la falta de inversiones en Vaca Muerta faltará gas el próximo invierno, pero no sólo para el sector industrial sino también para abastecer los hogares y para la venta de GNC.