El presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN), Guillermo Rosa Diez, advirtió que durante el aislamiento por la pandemia de coronavirus hubo una "gravísima disminución de la incidencia en los ingresos a diálisis" y a controles de afecciones renales pese a que "1 de cada 8 argentinos padece algún grado de enfermedad renal".

"Según el informe derivado del Registro Argentino de Diálisis Crónica (DC) habitualmente ingresan por año un promedio de 7 mil pacientes -cifra relativamente constante desde el 2015- pero este año la progresión fue de unos 6.300 pacientes, con una merma en la proyección de casi 900 pacientes", alertó Rosa Diez.

"La abrupta caída del indicador puede estar revelando una de las consecuencias más negativas de la pandemia por la Covid-19 que determinó una significativa disminución de las consultas médicas, incluso de los pacientes con enfermedades crónicas, que más allá de las complicaciones y pérdida de calidad de vida, pueden significar un incremento de la mortalidad, al concurrir en situación de emergencia a los servicios de salud", advirtió la Confederación de Asociaciones de diálisis de la República Argentina.

La enfermedad renal crónica (ERC) ha tomado una relevancia no sólo en nuestro país sino en todo el mundo, con un número importante de mortalidad y morbilidades, explicó Rosa Diez y precisó que la ERC "figura dentro las seis enfermedades crónicas y según datos de Ministerio de Salud hoy sabemos que 1 de cada 8 argentinos padece algún grado de enfermedad renal".

Según los datos del Incucai, que registra desde el 2004 cuántos pacientes están con diálisis en el país, son 29.720 los pacientes prevalentes que hoy se están dializando.

Dentro de las ERC "hay distintos estadios de la enfermedad, siendo el de mayor gravedad el que se da cuando los riñones claudicaron y el paciente requiere una terapia de reemplazo renal que pueden ser la diálisis o el trasplante", sostuvo Rosa Diez, quien además es jefe del servicio de Nefrología del Hospital Italiano.

De ahí que esta enfermedad exige la consulta, "tanto para su diagnóstico como para su seguimiento", señaló el médico quien dijo que la pandemia llevó a que los pacientes no acudieran a las consultas o bien interrumpieran los controles.

Sobre esta cuestión, el médico explicó que "al ser enfermos renales, son pacientes delicados, uno de los grupos de riesgo para el Covid-19 junto con los hipertensos, los diabéticos y los cardiópatas. Si tenemos en cuenta que un 60 o 70 por ciento de los insuficientes renales son diabéticos, hipertensos o ambos, se suman comorbilidades y aumentan los riesgos de mortalidad".

Por otra parte, el profesional dijo que "dentro de la población renal tenemos que destacar a los pacientes en diálisis que no pudieron cumplir con el aislamiento, porque tenían que seguir yendo a su centro de diálisis, tres veces por semana, porque de eso dependía su vida".

El médico informó que "el 15% de los pacientes se infectaron por Covid, y esa población tiene 10 veces más posibilidades de complicación que un paciente que no tiene enfermedad renal".

"La otra cara de la moneda es la merma registrada en la consulta y el seguimiento de aquellos pacientes renales crónicos que están en etapas previas de la enfermedad y si bien no tenemos datos de la población cursando un estadio 4 (aquellos que están próximos al ingreso a diálisis), podemos inferir un posible incremento de la mortalidad en este estadio, antes de haber ingresado al tratamiento de diálisis crónica", señaló.

Balance del semestre

Aunque tuvo un descenso del 34% con respecto a 2019, Argentina pudo sostener la operatividad de los programas de procuración y trasplante de órganos durante la pandemia. En el primer semestre de este año se realizaron 630 trasplantes de distintos órganos con donante fallecido.

Análisis y control de la presión, pasos claves


Guillermo Rosa Diez puso énfasis en que "los médicos nefrólogos no estamos interesados tanto en que los pacientes ingresen a diálisis tanto como el seguimiento de la etapa anterior.

El nefrólogo puntualizó que "nuestro deseo es que un paciente no ingrese a diálisis porque antes no tuvo la atención que requería o porque tuvo complicaciones por no haber acudido a la consulta; si llega a diálisis es porque hubo antes un tratamiento adecuado y esta es la última instancia".

"Esto es lo que los nosotros llamamos un programa integral de salud renal, y es nuestra intención que este mensaje llegue claro a la sociedad para que tomen conciencia de la importancia de los controles renales". "Simplemente con un análisis de sangre y orina, control de la presión arterial y de los niveles de la glucemia descartamos tanto las causas como las complicaciones más importantes de la enfermedad renal", aseguró.