Primero fue Wado de Pedro, ministro del Interior, quien mandó a su entorno a comunicar que el presidente Alberto Fernández "no tenía códigos" por haberlo dejado afuera de una foto con Lula Da Silva y organizaciones de Derechos Humanos. Luego salió la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, a reafirmar su alineación con el albertismo y sugerirle a De Pedro que si no estaba de acuerdo, que diera un paso al costado. Y ayer se sumó un tercer ministro a la discordia, ahondando así la interna oficialista en el corazón del Gobierno nacional. En este caso fue el titular de la cartera de Seguridad, Aníbal Fernández, quien muy fiel a su estilo calificó de "un horror" y "una chiquilinada" la movida de su colega de Interior. "¿Desde cuándo el Presidente le tiene que dar explicaciones?", expresó en una entrevista con AM 750, para agregar que "un ministro no puede criticar públicamente a un Presidente y pretender ser resarcido. A un presidente peronista se lo acompaña. Todos los que se la pasan rompiendo las pelot... cada vez que pueden e inoculando bronca lo único que hacen es molestar".

La discusión pública que se da en el Frente de Todos se inscribe en la enésima versión de la interna que exhibe el espacio político que llegó al gobierno nacional en 2019, a raíz de la falta de acuerdo entre dos de sus máximos referentes, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El ministro De Pedro es uno de los referentes cristinistas en el Gobierno nacional y no es la primera vez que se lo menciona a él como ficha fija para, en caso de que la propia Cristina no asuma ninguna candidatura este año, él sea ungido como presidenciable. De este modo, el kirchnerismo evitará volver a poner como candidato a alguien que no es de su riñón, como sucedió con el actual presidente Fernández.

Pelea lateral

Luego de que Victoria Tolosa Paz cuestionara a De Pedro, distintos funcionarios del kirchnerismo bonaerense la emprendieron contra la ministra. La presidenta del Instituto de Cultura del GPBA, Florencia Saintout, fue quien salió al cruce con más virulencia.