El canciller Santiago Cafiero mantuvo ayer un encuentro con su par de Estados Unidos, el secretario de Estado, Antony Blinken, en el que repasaron distintos aspectos de la relación bilateral y en el que el funcionario de la administración de Joe Biden, expresó el "firme apoyo" de la Casa Blanca a las "negociaciones de Argentina" ante el FMI, por la deuda.

La reunión entre ambos cancilleres se produjo durante casi una hora en el salón Thomas Jefferson del edificio Harry Truman, sede del Departamento de Estado en la ciudad de Washington.

Si bien el tema de la deuda con el FMI no estaba en un principio pautada como parte de la agenda oficial, ese aspecto estuvo presente en el encuentro.

Cafiero le transmitió al secretario de Estado norteamericano que la Argentina "emprendió una senda que pretende consolidar la estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico sostenible e inclusivo", indicó el documento oficial y planteó la necesidad de un pronunciamiento "político" de Washington que permita un acuerdo viable con el FMI, que no frene el proceso de crecimiento que experimenta la economía argentina.

Es "necesario un mensaje de la autoridad política al Tesoro (de los EEUU, con fuerte influencia en el FMI) para contar con el apoyo de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional, y que de este modo no se restrinja el crecimiento de la Argentina", sostuvo el canciller argentino.

Tras esas palabras de Cafiero, Blinken sostuvo que EEUU (principal socio en el organismo multilateral de crédito y que cuenta con capacidad de veto) "apoya firmemente las negociaciones con el FMI y aspira a una pronta resolución positiva", según señaló el comunicado oficial.

En ese contexto, el funcionario norteamericano destacó los índices de crecimiento macroeconómicos que expuso el canciller Cafiero y remarcó la importancia de Argentina para el hemisferio y para "potenciar" la relación bilateral.

  • El ajuste que exige el Fondo para un acuerdo

Mientras Santiago Cafiero intenta convencer al gobierno de EEUU para que dé su consentimiento para un acuerdo con el FMI, se filtró un dato que hasta el momento era un rumor: el Fondo Monetario exige que el año próximo el déficit fiscal primario de Argentina se reduzca al 1% del PBI y en 2024 se llegue al equilibrio fiscal.

En otras palabras, el Fondo Monetario le da dos años al Gobierno para ordenar las cuentas y tendrá que transitar un 2023 electoral en modo ajuste. Guzmán, en cambio, afirmó a los gobernadores que él propone llegar recién al equilibrio fiscal en 2027 y por cuatro años más gastar más de lo que se recauda. En su opinión, la postura de un ajuste más veloz del FMI "con alta probabilidad" va a desembocar en una nueva recesión, que vuelva aún más complicado equilibrar las cuentas.

En el Gobierno consideran que provocar una recesión que haga perder empleos equivale directamente a una exigencia de perder las elecciones por un lado y, por el otro, dan por hecho que la consolidación fiscal se verá frustrada porque la caída de la actividad hará caer la recaudación de modo que se gastará menos, se frenará la economía, se recaudará menos y el déficit se profundizará en lugar de achicarse. En cambio, si se posterga el ajuste y se deja crecer a la economía, la convergencia al

equilibrio será virtuosa. Por eso, evalúan romper la confidencialidad pactada para las negociaciones y poner sobre la mesa el ajuste que pide el Fondo.

En medio de esta incertidumbre sobre cuándo podría llegar el acuerdo, el riesgo país de Argentina subía ayer martes a niveles máximos históricos por una creciente cautela inversora hacia los activos locales dadas las dudas sobre un pronto acuerdo del país con el Fondo Monetario Internacional por una millonaria deuda.