Nota de La Nación

La Argentina se abstuvo de condenar la ola de arrestos del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que aprobó una resolución que pide “la liberación inmediata de los candidatos presidenciales y de todos los presos políticos”.

El voto del gobierno de Alberto Fernández recicló una postura adoptada junto con México a fines del año anterior, cuando la Argentina también se había abstenido de rechazar las últimas elecciones en Venezuela, y de condenar al régimen de Nicolás Maduro en una votación de otra resolución presentada ante el principal cuerpo de la OEA, que conforman 34 países del hemisferio.

Una vez más, la Argentina y México optaron por abrirse y marcar diferencias con una coalición de la mayoría de los países de la región, integrada, entre otros, por Estados Unidos, Canadá, Colombia, Brasil, Uruguay y Chile. La resolución sobre Nicaragua fue aprobada por 26 naciones, recibió cinco abstenciones –se sumaron Honduras, Belice y Dominica– y solo tuvo tres votos en contra: Bolivia, San Vicente y Granadinas, y Nicaragua, que rechazó enérgicamente la intervención del organismo multilateral, y acusó a Estados Unidos de liderar una “política intervencionista”.

El texto aprobado por el Consejo Permanente de la OEA condena “inequívocamente” la detención, hostigamiento y restricciones arbitrarias impuestas a candidatos presidenciales, partidos políticos y medios independientes en Nicaragua, y pide la “liberación inmediata de los candidatos presidenciales y de todos los presos políticos”. El texto fue presentado por Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú y Estados Unidos.

Nicaragua condenó la resolución, y denunció una “política intervencionista del gobierno de Estados Unidos y los países que se suman a esta acción de injerencia”.

“No puede haber paz en el mundo mientras Estados Unidos siga aplicando la política de la zanahoria y el garrote”, dijo el embajador nicaragüense, Luís Exequiel Alvarado Ramírez.

La justificación

La Argentina y Mexico presentaron una postura unificada a través de un comunicado que leyó durante la sesión –que se realizó en formato virtual, vía Zoom– el embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi. Ambos países pidieron respetar el principio de no intervención en los asuntos internos de las naciones, y se mostraron dispuestos a colaborar “constructivamente” en busca de una solución a la crisis política nicaragüense.

El comunicado dice que la Argentina y Mexico están comprometidos con el respeto y la promoción de los derechos humanos, y manifiestan “su preocupación” por los arrestos en Nicaragua, especialmente la detención de figuras políticas de la oposición. El Frente de Todos ha evitado denunciar violaciones en Cuba, Venezuela o Nicaragua, y Alberto Fernández ha dicho que en Venezuela los abusos han ido “desapareciendo”. Y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido muy criticado por organizaciones civiles y el gobierno de Estados Unidos por la situación de los derechos universales en ese país, y detesta cualquier atisbo de opinión externa sobre lo que ocurre en el país.

“Hemos sido testigos, en varios países de la región, de casos inadmisibles de persecución política. Rechazamos esta conducta. No estamos de acuerdo con los países que, lejos de apoyar el normal desarrollo de las instituciones democráticas, dejan de lado el principio de no intervención en asuntos internos, tan caro a nuestra historia. Tampoco con la pretensión de imponer pautas desde afuera o de prejuzgar indebidamente el desarrollo de procesos electorales”, indica el comunicado, que también fue difundido por la Cancillería.

“Expresamos nuestra predisposición plena para colaborar constructivamente y estamos convencidos de que esta situación será superada por las y los nicaragüenses”, agregaron ambos gobiernos.

La convocatoria

La votación en la OEA llegó luego de que una ola de arrestos por parte del régimen de Daniel Ortega que alarmó a la región, generó una fuerte condena global, y llevó al gobierno de Joe Biden a imponer sanciones. En las últimas semanas, las autoridades nicaragüenses ya arrestaron al menos a 13 figuras de la oposición, una ola de detenciones aparentemente arbitrarias por parte del gobierno de Ortega a sus principales rivales de cara a las próximas elecciones presidenciales.

Entre las figuras detenidas por las autoridades aparecen cuatro candidatos presidenciales Félix Maradiaga, académico y activista político, Arturo Cruz, y Juan Sebastián y Cristiana Chamorro, que pertenecen a la familia política con más historia de Nicaragua. Otros políticos detenidos son Dora María Téllez, una de líderes del sandinismo de los 70, y otros disidentes sandinistas y antiguos aliados de Ortega como el general retirado Hugo Torres, y el exvicecanciller, Víctor Hugo Tinoco.

Antes de la votación, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se había comunicado con el canciller, Felipe Solá, para hablar sobre la situación en Venezuela.

Al igual que México, la Argentina ha optado por abstenerse y ha evitado respaldar las condenas a algunas de las violaciones de derechos humanos en la región, como los arrestos de líderes opositores y las detenciones arbitrarias llevadas a cabo por el régimen de Nicolás Máduro en Venezuela.

Pero el último contacto entre Solá y Blinken, días atrás, había abierto especulaciones sobre un eventual cambio de postura del gobierno de Alberto Fernández, al que algunos en el Frente de Todos y en Washington ven como un posible interlocutor a la hora de buscar soluciones para dirimir los múltiples conflictos que persisten en América latina. No ocurrió, y el Gobierno volvió a elegir la abstención.