Médicos argentinos dieron ayer otro importante paso en la historia de las intervenciones coronarias en el país al realizar, por primera vez, una intervención mínimamente invasiva de corazón, que hasta ahora se hacía a pecho abierto, lo que permitirá especialmente a los adultos mayores mejorar su expectativa de vida.
El procedimiento se practica desde hace años en Europa, con un 97% de éxito entre los pacientes con estenosis aórtica -obstrucción de la válvula que conecta el corazón con la aorta-, informaron los especialistas que ayer practicaron "el reemplazo percutáneo de válvula aórtica" por primera vez en los Hospitales Fernández e Italiano.
"Es un avance muy importante porque mucha gente con estenosis aórtica quedaba excluida del reemplazo de válvula al no poder someterse a una cirugía mayor, con apertura de tórax, anestesia general, y circulación extracorpórea", comentó Jorge Belardi, jefe del Servicio de Cardiología Intervencionista del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
La estenosis aórtica impide que la válvula se abra adecuadamente bloqueando el flujo de sangre hacia la aorta. Esta patología puede darse desde el nacimiento o desarrollarse a lo largo de la vida, en cuyo caso la aparición de los síntomas ocurre tardíamente.
Si bien el reemplazo valvular es el tratamiento indicado para la estenosis aórtica, "una considerable proporción de pacientes quedaba excluida de esta alternativa terapéutica por presentar un alto riesgo quirúrgico", contó Belardi.
Para el recambio se utiliza una válvula biológica de pericardio porcino que se encuentra montada sobre un stent de metal autoexpandible, que avanza dentro de un catéter hasta el corazón.
Según fuentes del Ministerio de Salud porteño, "colocada la válvula biológica, se genera la compresión de las valvas hacia las paredes de la aorta y de este modo la nueva pieza comienza a trabajar con un óptimo funcionamiento".
