El cardenal Jorge Bergoglio hizo ayer una referencia sutil al tema del aborto al reivindicar la maternidad en la misa de apertura de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, en donde un centenar de obispos comenzará a elegir desde hoy sus nuevas autoridades y definir la relación con el Gobierno.

“La mediación de la Virgen María es mediación de mujer que no reniega de su maternidad, la asume desde el principio. Maternidad con doble parto, uno en Belén y otro en el Calvario. Maternidad que contiene y acompaña a los amigos de su Hijo el cual es la única referencia hasta el fin de los días”, destacó Bergoglio.
El primado argentino circunscribió su homilía a la relación temporal y divina que subyace en el pasaje evangélico referido a las bodas de Caná, pero sin otras referencias a la realidad del país ni a la elección episcopal que por primera vez en seis años no lo tendrá como candidato a la presidencia.

Las nuevas autoridades de la comisión ejecutiva -presidente, dos vicepresidentes y un secretario general-, podrán conocerse hoy mismo si alguno de los obispos alcanza los dos tercios de los votos necesarios, o bien mañana, explicó el vocero episcopal, sacerdote Jorge Oesterheld. Estos comicios eclesiásticos tienen al arzobispo José María Arancedo, de Santa Fe, como candidato principal.
El cardenal Bergoglio no puede ser reelecto para un tercer período consecutivo porque así lo impiden los estatutos, por lo que en los ambientes eclesiásticos se especula que el candidato “natural” para sucederlo es Arancedo, actual vicepresidente segundo y representante de la línea más dialoguista del Episcopado.

Aunque sin un claro liderazgo, sus pares confían en que el prelado santafesino puede manejar los desafíos pastorales y políticos de la Iglesia en los próximos años, en particular la relación siempre difícil con el Gobierno y el casi seguro debate por el aborto en el Congreso. De no ser Arancedo, aparecen también entre los “presidenciables” los arzobispos Andrés Stanovnik (Corrientes) y Héctor Aguer (La Plata). Stanovnik es un arzobispo con reconocida capacidad de gestión entre sus pares, mientras que Aguer, es de la línea más conservadora de la Iglesia.