El Gobierno de Brasil no impedirá que las empresas privadas de su país revisen los planes de inversión en Argentina, dijeron a Reuters fuentes oficiales, en un dramático cambio de posición ante el deterioro de la situación económica que vive su vecino.
La decisión llega después de que Vale, una de las mayores empresas de Brasil, suspendió este mes un proyecto de potasio de 6.000 millones de dólares en Mendoza debido a un aumento de costos por culpa de la inflación y los controles de cambio.
‘El Gobierno no tiene cómo interferir para que las empresas no revean sus inversiones si el ambiente es adverso‘, dijo una de las fuentes del Gobierno brasileño, que pidió no ser identificada.
El ministro de Comercio Exterior brasileño, Fernando Pimentel, participó hasta el mes pasado en negociaciones con ejecutivos de Vale y autoridades argentinas para intentar evitar el naufragio del proyecto de potasio Río Colorado en Malargüe. Pero cuando resultó evidente que se iba a pique, funcionarios en Brasilia dijeron que la decisión era lisa y llanamente empresarial.
Argentina es el tercer socio comercial de Brasil después de China y EEUU, y un importante mercado para sus productos manufacturados, en general poco competitivos debido a los elevados impuestos y costos de producción.
La situación económica en Argentina se ha deteriorado, con una galopante inflación y rígidos controles de cambio que encarecieron las inversiones.
Según una de las fuentes, Vale había informado al Gobierno brasileño de su intención de salir de Argentina hace por lo menos un año.
La minera suspendió su proyecto el 11 de marzo después de que Argentina rechazó darle facilidades tributarias para compensar el aumento de costos, que según la empresa brasileña se duplicaron y volvieron inviable los planes. Argentina vio esfumarse así una de las mayores inversiones extranjeras de la historia que dejó en la calle a unos 6.500 trabajadores, aunque un tribunal provincial prohibió a la empresa desmantelar sus instalaciones o vender la maquinaria.
Si quisiera, el Gobierno brasileño podría presionar a sus empresas.
El fondo de pensiones de los trabajadores del estatal Banco do Brasil, Previ, tiene por ejemplo una participación accionaria en Vale, la segunda mayor minera del mundo.
Y luego está el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, BNDES, que además de ser una importante fuente de financiamiento es accionista del frigorífico JBS , otra empresa brasileña que está reduciendo sus operaciones en Argentina.
Otra empresa en problemas es la constructora Camargo Correa, controladora de la mayor cementera argentina Loma Negra que tiene una importante planta en San Juan y con planes de instalar otra.
Camargo Correa sufre los coletazos del derrumbe inmobiliario por el freno en el sector de la construcción.
Además, su textil Alpargatas, el año pasado debió cerrar temporalmente alguna de sus plantas por la caída en las ventas y la falta de stock. Otro con negocios resentidos es el Grupo Odebebrecht que está construyendo la planta de Vale en Mendoza.
La decisión de Brasil de no interferir en los planes de sus empresas llega en momentos en que Argentina presiona por extender un acuerdo automotriz que vence en julio y debería liberalizar un 50% del comercio entre las dos mayores economías de América del Sur. (Rueters)