Los restos de los cuatro integrantes de la familia Pomar fueron inhumados ayer en un cementerio privado de Pergamino, en una ceremonia privada en la que sólo participaron parientes y amigos cercanos de los fallecidos en un accidente de tránsito, que estuvieron 24 días desaparecidos.
En medio de profundas muestras de bronca y dolor, los cuerpos de Fernando Pomar, su esposa Gabriela Viagrán y sus dos pequeñas hijas, Candelaria y Pilar, fueron inhumados en el cementerio parque La Merced de la ciudad de Pergamino. Los familiares fueron llegando al cementerio desde las 9 de la mañana y recién pasadas las 11 ingresaron al predio las dos ambulancias con los féretros que contenían los cuerpos de los integrantes de la familia fallecida, los cuales fueron depositados en la Capilla.
Cerca de las 16, familiares, amigos y vecinos de la familia dieron el último adiós a los Pomar luego de oficiar una misa en la capilla del cementerio, pero sin que se realizara un velorio público por decisión de sus allegados. Paralelamente, por la tarde se llevó a cabo una misa en un colegio de Adrogué adonde concurría la hija mayor de los Pomar.
Mientras tanto, la polémica labor de la policía por los fallidos rastrillajes para dar con la familia derivaron ayer en el relevo de un nuevo efectivo de la fuerza: el jefe de la Distrital de Salto, comisario inspector Juan Carlos Ruiz, el mismo que el miércoles había asegurado que fue él quien encontró los cuerpos bajo un monte, a la vera de la ruta 31, y no un baqueano de la zona.