La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró ayer que el protocolo que impulsa el Gobierno para regular las protestas sociales (llamadas también antipiquete) se acordará con ‘consenso de todos‘ los distritos, y apostó por ‘buscar una manera distinta de hacer visibles los conflictos que no sea el corte o la obstrucción de todos los caminos y rutas‘.

Bullrich indicó que el protocolo que presentará el macrismo ‘va a ser un consenso de todos‘, al remarcar que buscaba que ese conjunto de medidas ‘no sea solamente del Ministerio de Seguridad sino de todos los ministerios de Seguridad del país‘.

‘Es un tema que tenemos que abordar entre todos y así creo que va salir‘, dijo y remarcó que ‘es tan importante que no estén cortadas las rutas en Jujuy, Salta, Tierra del Fuego o Santa Cruz como en Buenos Aires‘.

La funcionaria apostó por ‘buscar una manera distinta de hacer visibles los conflictos que existen, que no sea por el corte o la obstrucción total de los caminos y las rutas‘. En ese sentido, señaló que el objetivo es ‘plantear un cambio de paradigma‘ en materia de regulación de las protestas, al apuntar que se busca que ‘no haya cientos de ciudadanos que todos los días llegan tarde a su trabajo, pierden turno del médico o llevan los chicos tarde a la escuela porque la Ciudad, la provincia de Buenos Aires o Córdoba son un caos‘.

Las declaraciones de Bullrich se produjeron luego del violento desalojo que sufrieron el martes pasado los trabajadores de la empresa Rasic Hermanos, comercializadora de la marca Cresta Roja, en la autopista Ricchieri, donde habían interrumpido el tránsito camino al aeropuerto internacional de Ezeiza en reclamo del sostenimiento de sus fuentes de trabajo.

El martes último, los trabajadores decidieron levantar el bloqueo que mantuvieron durante una semana a metros del aeropuerto internacional de Ezeiza, luego de que se conociera un fallo judicial que decretó la quiebra de la empresa y se estableciera la liberación de los activistas detenidos durante los incidentes de ese mismo día con la Gendarmería.

Ese mismo día, los trabajadores, que reclamaban el pago de sueldos adeudados y el sostenimiento de las fuentes de empleo, habían sido reprimidos por efectivos de Gendarmería con disparos de balas de goma y carros hidrantes para desalojar la autopista.