Tras su reunión del lunes pasado en el Vaticano con el papa Francisco, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió ayer que ‘no se puede vivir en el odio‘ y que no le dará ‘el gusto‘ a quienes quieren que los argentinos se peleen. Además subrayó que ‘no se puede tener la soberbia de pensar que nunca nos equivocamos‘.

Tras su ceremonia de asunción del martes pasado, el papa Francisco (Jorge Bergoglio) brindó una homilía en la que pidió a quienes “ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito político, social o económico” que sean “custodios de la creación, guardianes del otro‘. Y agregó que ‘el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida‘.

Al encabezar ayer la inauguración del ‘Espacio Mansión Seré‘, en el ex centro clandestino de detención de Morón, al cumplirse mañana el 37 aniversario del golpe militar, la Presidenta argentina expresó que quiere ‘que no peleemos, que nos entendamos. Algunos quieren que nos peleemos y no les voy a dar el gusto. Nos vamos a entender los argentinos de una vez por todas‘. Cristina instó a los argentinos a ‘dejar de lado el odio‘ y que, a través de un ‘esfuerzo personal‘, aflore ‘en cada uno de nosotros lo bueno y lo mejor‘.

‘Los que han hecho estas cosas (los represores) han sido hombres que cuando llegaban a sus casas besaban a su mujer y a su hijo, acariciaban a su perro, iban a misa. Lo importante es saber que la condición humana tiene lo mejor y lo peor‘, sostuvo Cristina Fernández de Kirchner al inaugurar, en el ex centro clandestino de detención Mansión Seré, un centro de investigación e interpretación de nuestra historia reciente.

La mandataria abogó para que ‘tengamos la fuerza suficiente para dejar de lado lo malo, lo feo, el odio. El odio -añadió- convierte a la gente en personas feas, no se puede vivir con odio‘. ‘El odio nos convierte en personas feas, que tal vez sufran sin darse cuenta‘, advirtió la mandataria.

Al respecto, criticó a quienes, en ese período histórico, ‘trabajaron sobre el enfrentamiento‘. Pero aseguró que ‘somos más los que nos hemos dado cuenta de lo que pasó y por tanto no vamos a cometer los mismos errores‘. Pero seguidamente consideró que ‘no podemos tener la soberbia de pensar que nunca nos equivocamos‘.