Buenos Aires 13 de marzo.- En el tramo final del discurso del acto llevado a cabo esta tarde en Tecnópolis, la presidenta Cristina Fernández le dedicó solamente 2 minutos y medio al nuevo papa, el argentino Jorge Bergoglio.
En el comienzo de sus palabras, tuvo que utilizar varios recursos discursivos, para tapar los silbidos que se escucharon desde la tribuna, luego de que CFK mencionara el nombre de Francisco I. “Le deseamos de corazón, a Francisco I, (silbidos) que pueda lograr mayor grado de confraternidad con los pueblos. Que esa opción, la de los pobres, sea realmente la que puedan hacer las altas jerarquías para que finalmente podamos volver a rencontrarnos todos los seres humanos en igualdad de condiciones. Con confraternidad, con amor, justicia y equidad. La verdad eso es lo que deseamos, porque este es un gobierno que ha estado siempre optando por los que menos tienen y eso es los que muchos no nos han perdonado”, dijo.
En la segunda parte, Cristina pidió al nuevo papa que interceda ante las grandes potencias, para alcanzar consensos mediante el dialogo, haciendo referencia de manera implícita a Malvinas. “Esperemos que sea una labor realmente significante para la región, para que también lleve el mensaje a las grandes potencias del mundo, para que dialoguen. Queremos que el dialogo, que tanto pregonan desde todas partes, lo hagan efectivo y puedan convencer a los poderosos del mundo, a esos que tienen armamento y poder financiero, que puedan dirigir una mirada a sus propias sociedades y hacia los pueblos emergentes y que promuevan un dialogo de civilizaciones. Donde ninguna cuestión se resuelva por la fuerza, sino por los canales diplomáticos, Confiamos plenamente en esa misión y le pedimos a Dios que ayude a que pueda ser posible para que las causas justas algunas vez triunfen en este bendito planeta que se llama tierra. Porque estoy segura que Dios y la virgen así lo quieren”, finalizó.