Dos miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) llegaron finalmente el jueves a las Malvinas, adonde permanecerán por una semana. Este es el primer paso, el trabajo previo, a la exhumación de los restos de los argentinos caídos en la guerra de 1982 que no pudieron ser identificados y a los que pronto se les hará un ADN.

El jefe del proyecto, quien ya se encuentra en las islas, es Laurent Corbaz, un suizo que trabaja en el CICR desde 1985. Estuvo en Irak, Angola, Suiza, Israel, Mozambique, Afganistán, Filipinas, Francia y en Ginebra, sede del organismo. El otro integrante de la misión es Patrick Sherry, y es personal administrativo. Ambos trabajarán ahora en la organización de toda la logística: requerimientos necesarios - materiales, recursos, entre otros, señalan desde la sede de la CICR, en Brasil.

Con todo, desde los isleños envían señales inquietantes sobre este proyecto que tiene carácter histórico. El 20 de diciembre pasado, los gobiernos de Argentina y Reino Unido firmaron en Londres el acuerdo que le dio mandato al CICR para hacer este trabajo en donde luego participarán expertos de todas las partes involucradas. Dos miembros de la Asamblea de Malvinas fueron parte de la delegación británica y dieron su consentimiento, que está enmarcado bajo estricto carácter humanitario.

En declaraciones a la agencia de noticias Mercopress, el presidente actual de la Asamblea Legislativa, Barry Elsby, lanzó una frase que abona la desconfianza histórica sobre este trabajo que ha tenido la Comisión de Familiares de Caídos en las Malvinas e Islas del Atlántico sur. “Los miembros (del gobierno) apoyamos este acercamiento humanitario a la identificación de los soldados. Esperamos que todos los soldados sean identificados y que sus familiares puedan pensar sobre su futuro”, lanzó dando entender -sin explicitarlo- que en ello está la posibilidad de que se los lleven del cementerio de Darwin. El gobierno argentino aseguró siempre que eso no ocurrirá. Se trata de un aspecto más que delicado de este acuerdo. La Comisión siempre advirtió que es una vieja idea del Foreign Office y de los isleños buscar las formas para que los argentinos despejen el cementerio de Darwin donde hay 237 tumbas de argentinos, 123 sin identificar.

Por otro lado, el acercamiento creciente entre los gobiernos de Mauricio Macri, David Cameron y su sucesora, Theresa May, mantiene a los isleños en estado de alerta. Recientemente, desconocidos profanaron el cementerio de Darwin y le quitaron parte de la cabeza a la Virgen de Luján que se encuentra en una ermita. El episodio no fue aclarado aún y fue duramente repudiado, por la canciller Susana Malcorra, el vicecanciler británico Alan Duncan y también por el embajador del Reino Unido aquí, Mark Kent. Lo investiga la policía local