En su segunda edición, una exhaustiva encuesta nacional realizada por un grupo de científicos del Conicet reveló los profundos cambios en las creencias, prácticas y actitudes religiosas en la Argentina que involucra desde eutanasia, las drogas y la confianza en las instituciones. El principal hallazgo es la caída sensible de la religión católica: los creyentes al culto del papa Francisco pasaron del 76,5 al 62,9 por ciento de la muestra en tan solo 11 años. El dato contrasta con el aumento de las personas “sin religión”, que aumentaron del 11,3 al 18,9 por ciento; y de los evangélicos, que crecieron en adherentes del 9 al 15,3 por ciento.

De manera asociada a las creencias, el informe resalta que se duplicó quienes creen que el aborto es un derecho, la pena de muerte es apoyada por el 50% de los consultados y el 70% cree que es necesario que el Estado aplique controles migratorios más estrictos.

La “Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina” fue elaborada sobre una muestra representativa a nivel país de 2.421 casos durante los meses de agosto y septiembre de 2019. El trabajo estuvo a cargo del "Área Sociedad, Cultura y Religión, del Ceil-Piette del Conicet, y financiado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.


 

El grupo de estudiosos liderados por el director en Sociología Fortunato Mallimaci, y los investigadores Verónica Giménez Béliveau y Juan Cruz Esquivel, consideró que el catolicismo conserva el país una “mayoría atenuada”, aunque progresivamente pierde terreno. Por otro lado, 2 de cada 10 habitantes en el país se definen “sin religión”, siendo principal este rasgo entre los jóvenes de 19 a 29 años, que llega hasta el 24,7%. Ello no quita que siga presente una significativa religiosidad entre los argentinos: los creyentes abrazan una suerte de “cuentapropismo religioso” donde se deja de asistir a los templos.

"La encuesta revela que la creencia en Dios es del 80 por ciento, a la vez que estamos en un contexto de incredulidad en las instituciones en general, de la cual las organizaciones religiosas no están exentas”. “En este sentido, eso podría explicar por qué 60% de los creyentes reconocen que su relación con Dios la manejan por su propia cuenta y 30% por medio de la asistencia a un templo”, consideró Mallimaci.

Las actitudes religiosas tienen alguna correlación según la demografía del país. Por un lado, las mujeres son las que se identifican con algún credo, mientras que en los varones hay una mayoría “sin religión”. Además, el mayor nivel educativo tiende a impactar en una menor creencia hacia Dios o alguna deidad institucionalizada, en contraste con las personas “sin estudios” o con primario, que tienden a avanzar entre el credo evangélico.

En las distintas regiones del país se observan diferencias sustantivas. Por ejemplo, en el noroeste argentino, se caracteriza por ser la región más católica, donde se supera la media nacional por más de 10 puntos con el 76% de adherentes. En tanto, en la ciudad de Buenos Aires y la zona metropolitana junto a la Patagonia ese registro cae hasta el 51% de personas católicas, y donde se percibe una número de habitantes “sin religión” del orden del 26,2 por ciento y 24,3 por ciento, respectivamente.

En todos los distritos la proporción de personas católicas bajó más de 10 puntos, y en su lugar, se posicionaron con mayor presencia los evangélicos. Desde 2008, este tipo de credo creció sustantivamente en la zona metropolitana, del 9,1% al 15%; en el noreste argentino del 3,2% al 23,1%; mientras que en noroeste pasó del 3,7 al 16.9 por ciento.

Lo cierto es que los números sobre la religiosidad se distancian cada vez más de los registros históricos. Según el censo del año 1947, la proporción de católicos en Argentina llegaba al 93,6%, en 1960, 90 por ciento y en 2008, 75,5 por ciento. El descenso estimado abarca los 30 puntos.

Los evangélicos, quienes más se oponen al aborto

Entre 2008 y 2019, se duplica la proporción de quienes afirman que el aborto es un derecho de la mujer. El 27,3% está de acuerdo con que “una mujer debe tener derecho al aborto siempre que así lo decida”, el 18,7% considera que “debe estar prohibido siempre”. En tanto, una nutrida mayoría del 51,8% afirma que debe estar permitido en las causales hoy permitidas por la ley, como es violación, que la vida de la mujer esté en peligro" o “el feto sufra una malformación”.

En lo que respecta a la religión, los creyentes evangélicos son quienes más se oponen al aborto, alcanzando el 41,9 por ciento, mientras que las personas sin religión son aquellos que están más a favor, con el 58,4 por ciento. Entre los católicos, sin embargo, el rechazo total se ubica entre el promedio nacional, en torno al 17,2 por ciento.

Por su lado, la mayoría de los habitantes de Argentina cuestionan las concepciones patriarcales sobre la familia y los roles de las mujeres y los varones en el hogar. El 61,3% de los consultados acepta que una pareja de gays o lesbianas “pueda adoptar hijos”, mientras que una minoría, aunque con una significativa presencia (35,9%), considera que el “único matrimonio válido debe ser entre el hombre y la mujer”.

Entre los credos religiosos, los evangélicos se muestran más proclives (67,5%) a adoptar el modelo patriarcal. En cambio, las personas católicas (61%) y sin religión (85,6%) aparecen mayores niveles de aceptación de la diversidad familiar y el matrimonio igualitario.

Autoritarismo, inmigración y pena de muerte

El vasto informe cuenta con varios datos curiosos en lo que refiere a temas que implican un desafío para los derechos humanos. Al menos la mitad de la población se manifiesta a favor de la pena de muerte, y 7 de cada 10 reclaman controles migratorios más estrictos.

En esta dimensión, la correlación sobre actitudes conservadoras o menos liberales no es lineal según las creencias religiosas. Por ejemplo, las personas que adscriben a la religión evangélica son quienes más rechazo tienen hacia la pena de muerte (38,5%), por debajo de quienes no tienen religión (43,5%) y los católicos (55,6%).

En lo que respecta al eje de políticas sociales también se observan datos de importancia política. En el total, unas 59,3% de las personas creen que “los planes fomentan la vagancia”. Paradójicamente, casi la misma proporción (54,1%) afirma que “el Estado debe otorgarle un ingreso a quienes no tienen trabajo”.

Otro dato relevante es la relación que debe mantener el Estado nacional con los credos. La mayoría de las personas creen que no se debe financiar a las confesiones religiosas, rechazan la enseñanza confesional en la escuela pública y objeta el sostenimiento exclusivo a la Iglesia Católica.

Jesús, la “energía” y la astrología

Si bien crece el laicismo, Argentina continúa siendo un país con creencias mayormente cristianas. El 82,9% aún tiene alguna devoción por Jesucristo, 81,9% en Dios y 75,9% en el Espíritu Santo, aunque las tres creencias bajaron con respecto a 2008.

En contraste, durante el mismo período, se incrementó el número de las personas adhieren a la existencia de una “energía” trascendental (del 64,5% al 76%) y en la astrología (del 25,3% al 33%). Hay, además, una merma de la fe en la Virgen (-16%), los santos (-18%) y los ángeles (-12%). La figura del Diablo mantiene sus guarismos, en torno al 46 por ciento.

Este tipo de prácticas religiosas tienen una correlación con la “individualización” de los credos. Que haya católicos o evangélicos no quiere decir que sean fieles plenos, que concurren asiduamente a misa. Es decir, cada vez hay más personas que se alejan de los templos y adoptan una creencia “a la carta”.

Con respecto a esa variable, el 43% de las personas concurren a misa o a celebrar un culto “solo en ocasiones especiales”, mientras que el 29,6% lo hace “nunca”. El resto se reparte con una frencuencia variable, que puede ser mensual (9,6%), semanal (11%) o todos los días (6,2%).