�El fenómeno político de Julio Cobos, precandidato de Frente Amplio UNEN, es bien particular y digno de análisis. Nacido en el departamento mendocino de Godoy Cruz, en 1955, casado, Cobos es ingeniero en construcciones y civil. Afiliado a la Unión Cívica Radical (UCR) desde 1991, en dos oportunidades fue decano de la Facultad Regional Mendoza de la Universidad Tecnológica Nacional.
Su ascenso:
Fue gobernador de Mendoza por la UCR (2003-2007). Terminó su mandato con niveles de aprobación bajos, para unirse a Cristina Fernández de Kirchner como candidato a la vicepresidencia, a la que accedió al obtener un 45 por ciento de los votos. Aun ganando la vicepresidencia, la UCR perdió Mendoza en manos del Frente para la Victoria y Cobos fue incapaz de imponer a su sucesor en el pago chico.
Crisis del campo mediante, logró altos niveles de popularidad en 2008 oponiéndose a la presidenta, con la que había compartido fórmula. En ese momento, hasta se vendían remeras con la inscripción ‘Mi voto no es positivo‘ y la cara del mendocino. Ese fue su momento de gloria que lo catapultó como una alternativa al kirchnerismo, desde la vicepresidencia. La falta de definiciones políticas llevó a que la figura de Cobos fuera apagándose a nivel nacional, hasta cerrar su mandato como vice con niveles de aceptación muy lejanos a los del 2008. Creó el fugaz partido CONFE, que existió durante menos de 2 años, para retornar a la UCR luego de que el partido levantara la sanción que pesaba sobre él. Amagó con presentarse como precandidato presidencial por la UCR en 2010 y terminó bajándose de su precandidatura diciendo que el radicalismo le ‘cerró las puertas‘. Lo mismo hizo con una potencial candidatura a gobernador de Mendoza en 2011 y ‘volvió a su casa‘.
¿Profeta en su tierra?
En Mendoza logró elevar su aceptación pública a partir de 2008 y, a pesar de no presentarse, y perder con la UCR las elecciones provinciales de 2011, venció con comodidad en las legislativas de 2013 obteniendo un 47 por ciento de los votos y consagrándose como diputado nacional.
Sin embargo no todas son rosas para Cobos en su pago. Es notorio y público el enfrentamiento con el otro líder radical, el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, que maneja buena parte del aparato partidario, y con Ernesto Sanz. Estos últimos parecen coordinar por lo bajo para castigar a Cobos. Mientras Cobos se aferra a UNEN y conversa por lo bajo con el massismo, Sanz y Cornejo se acercan al PRO. ¿Una bomba de tiempo?
Sus opciones:
– Precandidato a gobernador: hace unos días, Cobos aseguró públicamente que no será candidato a gobernador, con lo que sus posibles caminos se reducen y la posibilidad de choque con la UCR orgánica mendocina se incrementa. Sin embargo: ¿está completamente descartada esa candidatura?. Habrá que esperar para eso. Por ahora, él lo descarta.
– Precandidato a presidente: sus posibilidades de victoria, en ese caso, son mínimas. Su intención de voto es baja. A excepción de Mendoza, en el resto del país promedia 4 o 5 puntos, lo que ni siquiera le garantiza pasar las primarias, en un eventual enfrentamiento con Hermes Binner. También es cierto que este camino, ante la hipótesis de unas primarias cerradas, le permitiría negociar políticamente esos votos con alguna fuerza opositora para las elecciones generales de octubre.
Sin embargo, es probable que en Mendoza se de un desdoblamiento parcial de las elecciones (primarias en distinta fecha, generales junto con las nacionales). En ese caso su arrastre en Mendoza no sería tal, y quedaría muy debilitado en su zona de influencia. Otra opción es que no se permita que los candidatos a gobernador lleven más de un candidato a presidente en su lista (en Mendoza eso aún no está legislado), con lo que Cobos podría no llevar en su lista al radicalismo mendocino, o Cornejo y Sanz desistir del armado de un frente con el PRO.
– Alianza como vice de Sergio Massa: ¿alguien puede imaginar una candidatura a vicepresidente de Cobos, después de la experiencia con CFK? Bueno, a Segio Massa tampoco le gusta demasiado la idea, él preferiría que su vice fuera el jujeño Gerardo Morales, pero tampoco le sirve tener a Cobos afuera.
– Candidato al Parlasur, enfrentando a Cristina: buena opción para sentarse, pedir pochoclo, gaseosas y ver como Cristina le tira misiles Exocet al ingeniero durante toda la campaña. Para eso debiera ir en alianza con otra fuerza (el PRO parece poco probable por ahora) o descansar en una candidatura de otra figura de un UNEN desinflado. Aun en ese caso, de obtener el cargo, sería lo más parecido a una jubilación política anticipada.
– No ser candidato a nada: ante una figura cuya estrategia parece ser la de acumular poder despreciando cargos, esta también parece probable. A condición de que acuerde con otras fuerzas, que puedan sostenerlo en el camino a una potencial candidatura parlamentaria en 2017.
– Candidato a senador nacional por Mendoza: parece poco probable, pero no lo desgastaría en campaña y le permitiría apostar a 6 años de tranquilidad. Si bien tiene varias opciones, ninguna de ellas es sencilla y sin costos.
Su lugar:
El lugar con el que aparece Julio Cobos en el escenario político nacional parece sobredimensionado para una figura que tiene un armado nacional endeble (UNEN) y está en el segundo pelotón de los presidenciables. Aunque tiene una buena posición de imagen pública en su provincia, está debilitado en la estructura partidaria de la UCR-Mendoza. Por ahora, la proyección de Cobos parece bastante endeble, como el gigante con pies de barro del Sueño de Nabucodonosor, el que, al desprenderse una piedra, comenzó a desmoronarse. La carrera presidencial está en marcha. Y Cobos corre, con pies de barro.
