Buenos Aires.- Tucumán es la primera provincia en poner en práctica la denominada “heladera social”. La iniciativa le permite a la gente de menos recursos acceder de manera gratuita a la comida que en algunos locales no se vendió y no fue tocada por los clientes.
“Era tremenda la cantidad de comida que se tiraba. No podíamos resolver qué es lo que íbamos a hacer con esto que pasaba. Al principio parecía un problema por todos los cuidados que hay que tener con la comida, pero realmente prefería que me clausuren y me cierren la heladera antes que hacerme el tonto y mirar para otro lado con toda la pobreza y la desnutrición que hay en la provincia”, confesó Fernando Ríos, quien implementó el sistema.
Desde el primer día hasta hoy un cocinero tucumano, Luciano Vallejo, se ofreció a preparar comida para mantener la heladera con algo dentro siempre; bares y panaderías se comprometieron a llevar sus excedentes sin ningún interés y, lo más conmovedor, la complicidad de los vecinos, que bajo un proceso llamado “Guardado cuidado” (una etiqueta con fecha de elaboración y el nombre del alimento) combaten por mano propia el hambre que sufren quienes no tienen para acceder a las comidas básicas.
“La heladera está abierta desde las 9 hasta las 12 de la noche y es administrada por todo el personal de Muña Muña, que se encarga de reponer y sacar los alimentos, que hasta la hora del cierre no fueron levantados”, explica Ríos.