Mar del Plata, 31 de enero.- En este verano 2013, más allá de los pronósticos, los argentinos se subieron como pocas veces a aviones y cruceros para veranear puertas afuera del país. O apelaron a vacaciones de cabotaje donde reinó la Patagonia.
Los operadores de las playas bonaerenses reconocen que les resultó difícil competir con las ofertas del exterior, con paquetes que se podían pagar con tarjeta de crédito, en pesos y cuotas sin intereses.
Se destacó en estas condiciones, las estadas cortas concentradas con fuerza entre viernes y domingo. Los alquileres de carpas y sombrillas por día se afianzaron y con el afán de retener a los clientes los balnearios armaron propuestas con descuentos por paquetes de dos o tres días en los que hasta se compensaban los eventuales días de lluvia.
La caída del nivel de consumo también se notó. En restaurantes reconocen que tuvieron que liberar personal de lunes a jueves porque sólo los necesitaban los fines de semana, cuando se daba el pico de demanda. Y a la hora de la cena, el segundo turno casi no existió, según informa el diario La Nación.
Otro rubro golpeado es el del espectáculo teatral. A esta fecha, el corte de boletos en las salas marplatenses es un 20% inferior a enero pasado. Una brecha que parece imposible de recuperar. Los recitales gratuitos fueron de lo más convocante y aportaron, salvo los últimos dos domingos en las playas, uno de los pocos momentos con gran cantidad de gente.