Omar Gutiérrez. El gobernador insistirá para que se haga la represa hidroeléctrica ya que es "clave para el desarrollo energético río Neuquén".

 

El anuncio del Gobierno nacional de dar de baja la construcción de la represa Chihuido I en Neuquén -por falta de financiamiento- abrió un frente interno y externo ya que el consorcio alemán a cargo del proyecto, y su socio argentino, Eduardo Eurnekian, amenazan con una demanda de 2.500 millones de dólares por la caída de la obra. Mientras, el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, no se resigna a archivar la obra y reclama a la Nación el llamado a una nueva licitación. En tanto, el Gobierno de Mauricio Macri, culpa a las empresas.

El vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, les anunció el martes a los representantes de la empresa Voith Hydro que el Gobierno tomó la decisión de dar marcha atrás con el proyecto, que tiene un costo estimado de 2.200 millones de dólares. "El país no está en condiciones de afrontar ese gasto", argumentó el funcionario de la mesa chica de Cambiemos ante la sorpresa de los alemanes, que dicen tener asegurado el 85% del financiamiento.

La sorpresa de los alemanes se dio porque vinieron al país con la idea de que firmarían el contrato definitivo, con foto incluida con Macri, contentos porque iban a anunciarle al Gobierno que habían avanzado en las garantías para asegurar su parte del financiamiento de la obra que ronda los 1.800 millones.

Pero no sólo no los recibió el Presidente, tampoco lo hizo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Los ejecutivos de Voith Hydro no sabían quién era Lopetegui cuando entró a la reunión y no terminaban de entender qué estaba pasando cuando en lugar de celebrar el financiamiento les anunciaba la cancelación de la obra.

Voith Hydro tiene el respaldo del gobierno alemán y hasta Ángela Merkel tocó el tema la última vez que vio a Macri. Alemania respalda el proyecto a través de su agencia de exportaciones. Desde Berlín les habrían ordenado a los ejecutivos de la compañía que no se vuelvan hasta firmar el contrato. En la Rosada ya lo dan por descartado.

Frente a este escenario, el empresario Eduardo Eurnekian que integra una sociedad con el consorcio alemán a través de su firma Helport, ahora empuja la idea de hacerle al Gobierno un juicio por incumplimiento del contrato por 2.500 millones de dólares.

En la Rosada aseguran que en realidad el consorcio encargado del financiamiento nunca cumplió las condiciones del pliego de conseguir el 85 por ciento de los fondos de la obra. "Nunca llegaron a concretar, traen cartas de intención, pero la plata no la presentan nunca", dijeron desde el Gobierno, donde creen que en realidad, pese al ímpetu de los alemanes, el consorcio no tiene intenciones reales de hacer la obra y sólo busca algún resarcimiento por la cancelación.

 

Neuquén calcula que la obra generaría entre 7.000 y 8.000 empleos.

Desde el consorcio que se adjudicó el contrato aseguran que Voith Hydro ya aseguró 1.400 millones de dólares y acaba de conseguir otros 400 millones de inversores italianos. Quedaría el 15% del financiamiento que por contrato le corresponde poner al Gobierno argentino. Pero Lopetegui dijo que no pueden poner ese dinero, que asciende a 330 millones de dólares a poner en 5 años. Es decir que no se trata de una cifra tan importante como para cancelar una obra clave. Es por eso que ni los empresarios alemanes ni los argentinos ni el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, entendieron la explicación de Lopetegui.

La medida de dar marcha atrás con la obra fue definida por el equipo del FMI, que entendió que este crédito se convertiría en un gasto público, justo lo que hay que evitar para que cierren los números del ajuste fiscal que se exige en Fondo de 1,3% del PBI para 2019.

Frenta a esta realidad, Lopetegui propuso que la provincia de Neuquén se haga cargo de ese porcentaje (sugirió que sea con regalías de Vaca Muerta), lo que enfureció a Gutiérrez. Tampoco lo convenció con la idea del vicejefe de Gabinete de hacer la obra vía PPP. Le explicaron que la obra terminaría costando el doble o el triple de lo que saldría con el financiamiento alemán (el cual tendría una tasa de alrededor del 6%). Ayer, el gobernador neuquino evitó confrontar con la Rosada y pidió una nueva licitación.

El que sí salió a confrontar fue el vicegobernador, Rolando Figueroa. "Es una mala decisión de un Gobierno que desecha una obra clave para los neuquinos. Y lo hace desde una visión miope y centralista", disparó. "Fue un papelón diplomático, los hicieron viajar desde Alemania para decirles que Argentina ahora no puede poner dinero", agregó.