Cuatro niños argentinos de entre 6 y 11 años murieron ahogados en un lago artificial de un parque turístico que se construye a la vera del río Pepirí Guazú, en la frontera entre la localidad misionera de Bernardo de Irigoyen y la brasileña de Santa Catarina.

El hecho se produjo el martes cuando dos parejas de hermanos, un niño de 6 años y tres niñas de 7, 9 y 11, se bañaban en un espejo de agua de 20 metros de largo y 60 de ancho. La profundidad del lago artificial es de 30 a 50 centímetros, "pero el agua de lluvia acumulada formó en el centro una profundidad cerca de 2 metros", indicaron los bomberos de Bernardo de Irigoyen.

Fuentes policiales reportaron que las víctimas mortales son una niña de 9 años y su hermano de 6 y dos hermanas de 7 y 11, quienes residían en el barrio Santa Rita de Bernardo de Irigoyen. El accidente ocurrió a las 19, a unos 300 metros de la comisaría local, cuando uno de los niños se enterró en el barro y los otros intentaron auxiliarlo y se ahogaron.

"Estamos a 500 metros de la naciente del río Pepirí, por lo tanto es un hilo de agua", expresó Gandulla, y agregó que "para la desgracia tres minutos es suficiente".

Por su parte, el intendente de Bernardo de Irigoyen, Jorge Gandulla, dijo que se trata de "una zona donde se construye un parque turístico ambiental de integración", manifestó que las obras para la construcción del parque "están incipientes" y sostuvo que "lo único que se hizo es el desmalezamiento. Es una zona ubicada a unos 30 metros del paso fronterizo", precisó respecto de la ubicación del parque.

Los cuerpos de los niños fueron rescatados del agua por efectivos de la policía brasileña, tras ser advertidos de la situación por vecinos del municipio de Santa Catarina. En este marco, los policías brasileños llevaron los cuerpos a un centro de salud de Brasil, donde se constató el fallecimiento por "asfixia por inmersión". Los restos de los cuatro niños fueron velados en una funeraria de la localidad misionera de Bernardo de Irigoyen.