El ex presidente Fernando De la Rúa acusó ayer al titular de la CGT, Hugo Moyano, de haber agitado en 2000 “la idea de la corrupción” en torno al debate parlamentario del proyecto de ley de flexibilidad laboral y cuestionó que el gremialista haya dicho entonces que “no sería aprobada sin prebendas, produciendo así agravios a los senadores justicialistas”.
También el jefe de Estado criticó a su ex vicepresidente, Carlos “Chacho” Alvarez, al que calificó de “excelente estratega” político por haber renunciado a su cargo en 2000, y sostuvo que “no estuvo a la altura de los tiempos difíciles, no honró la amistad que nos unió, y olvidó el mandato popular”.
Además, comparó al peronismo con un “tiburón que huele la sangre” ya que en la crisis no lo apoyaron sino que “hicieron fuerza para tumbarme. Llegaron al poder para hacer algo que nunca pensé: declarar el default”.
Su reparto de críticas también incluyó al Fondo Monetario Internacional (FMI), al que calificó de “fundamentalista”, y al entonces secretario del Tesoro de EEUU, Paul O’Neill, de quienes sostuvo que su Gobierno fue “víctima”.
Por segunda vez -la primera fue hace una semana- De la Rúa, (74), declaró como imputado ante el Tribunal Oral Federal 3 (TOF3), en el juicio que se realiza en los tribunales del barrio porteño de Retiro por los presuntos sobornos a algunos senadores, junto a tres ex funcionarios de su administración y cuatro ex senadores peronistas. Acusó que la causa fue “direccionada” y que “no se puede usar la Justicia para la política”.
Continuó negando que haya habido pago de “coimas” y recalcó: “Mi Gobierno fue un gobierno de gente honesta. Incluso “Chacho” Alvarez, mi amigo”, aunque sentenció que “fue malo en lo personal e institucional que esa relación se deteriorara”.
También criticó a Moyano, quien dijo que el entonces ministro de Trabajo Alberto Flamarique se ufanó al señalar que “para los senadores tengo la Banelco”, en relación a dinero para co-optarlos. “Moyano habló de corrupción porque estaba en su lucha para ser secretario general de la CGT”, especuló. “Agitó la idea de la corrupción cuando ni siquiera se había presentado el proyecto de ley en el Congreso”, recordó.
El ex mandatario incluyó en sus críticas a su ex jefe de Gabinete, el radical Rodolfo Terragno, de quien dijo que tiene “síndrome de la distancia”, porque trató de alejarse diciendo “soy ajeno por completo”. Terragno fue quien declaró que se había designado a Flamarique como único negociador de la reforma y que él quedó excluido del tema.
También se refirió al ex senador Antonio Cafiero, quien había dicho que cinco colegas suyos en la Cámara Alta sabían de los sobornos, y especuló con que el peronista lo habría hecho porque “le preocupaba afianzar su notoriedad para su posible reelección como senador”.
Hasta recordó sin mencionarlo de manera directa el famoso sketch del programa de Marcelo Tinelli donde fue imitado “más que por ironía con burla. Eso crea incertidumbre en momentos en que la investidura presidencial es tan importante”, enfatizó De la Rúa.

