Para quienes no conocen de que se trata  la Inteligencia Artificial (IA), podemos definirla como aquella tecnología con capacidad de realizar operaciones comparables a las de la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico.

La inteligencia humana, es capaz de entender, comprender y resolver problemas. La IA puede tomar decisiones por sí misma, que en el sistema productivo, al estar regulado bajo un parámetro de variables ejecutadas por una computadora, la vuelve más efectiva que el trabajador de carne y hueso. Además, el sujeto, como ciudadano y trabajador, está atado a una serie de regulaciones formales que hacen a la vida del trabajo -como salario mínimo, jornada laboral, descanso, productividad- pero al mismo tiempo está enmarcado en una trama que lo hace puramente humano -tiene sentimientos, opiniones, amistades y familia-. El trabajador tiene que parar, alimentarse y dormir para tener cierto grado de efectividad; puede estar disconforme con su situación y su entorno social y político. Los robots y la IA no: solo ejecutan la acción que se les ha encomendado.

En los últimos tiempos han aparecido denuncias por parte de trabajadores que se dedican a la función  de conductores de reparto de Uber Eats,  que afirmaron haber sido despedidos por un  software de reconocimiento facial, y la más preocupante de sus manifestaciones,  fue que el sistema no podía reconocer sus rostros, por lo que el algoritmo no reconocía todas las entregas realizadas. Uber lo negó, diciendo que siempre hay una revisión humana involucrada antes de cualquier despido.

Desde los sectores de defensa de los derechos de los trabadores, ONGS y organizaciones sindicales, destacaron algunos puntos de importancia para la utilización de las nuevas tecnologías:

  • La obligación de los empleadores de consultar a los sindicatos sobre el uso de IA de «alto riesgo» o «intrusiva» en el trabajo.
  • El derecho legal a que una persona revise las decisiones.
  • Cambios en la legislación  para proteger contra la discriminación ejecutada en algunos casos por los algoritmos.

Que las decisiones de alto riesgo sean revisadas por humanos, y se evite dejar libradas cuestiones de importancia a una máquina, como por ej. decidir si alguien puede salir o entrar en una empresa.

Lo que está claro es que mucho tendrá que cambiar el mundo, para que las leyes avancen a la misma velocidad que la tecnología, y en este punto es evidente la existencia de agujeros en la legislación laboral sobre el uso de la inteligencia artificial en el trabajo. Ante este vacío los trabajadores podrían ser “contratados y despedidos por un algoritmo”.

Si bien se reconoce que la IA en el trabajo puede utilizarse para mejorar la productividad y la vida laboral, pero de ahí a tomar decisiones que cambian la vida de las personas es otra cosa, dado que Sin reglas justas, el uso de la inteligencia artificial en el trabajo podría conducir a una discriminación generalizada y un trato injusto.

La IA ya toma decisiones relacionadas con lugares que hay que visitar, o zonas que necesitan mayor vigilancia, todo sin supervisión humana, pero ya hay algunos casos que analizan métricas de rendimiento para determinar quién debería ser el primero en la fila para la promoción, o ser despedido.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya se refirió al tema en una conferencia de 2019, en un intento de crear reglas claras para evitar que el futuro de los trabajadores sea dictado por robots o por la inteligencia artificial.

"La gente necesita sentir que recupera el control de sus vidas, el futuro del trabajo no está predeterminado y no será decidido por robots, ni por la inteligencia artificial", dijo el director general de la OIT, Guy Ryder, al inaugurar las reuniones, en las que participaron 5.000 delegados de gobiernos, organizaciones sindicales y entidades que representan a los empleadores.

La OIT busca ser una hoja de ruta para abordar los profundos y acelerados cambios que ya están ocurriendo en el mundo del trabajo, orientando a los Estados sobre cómo deben actuar.

La IA se enrola como una forma avanzada de la informática, y que junto a la robótica logrará aumentar la productividad en muchas industrias, y no representa un peligro en sí para los trabajadores, ello en el caso de que se cree una regulación legal adecuada, solo así  la adaptación a su uso podrá traer beneficios para el conjunto de la sociedad.

Colaboración: Vanesa Débora Mestre / Abogada (Matrícula San Juan 3278- Matrícula Mendoza 6118 – Federal T. 78- F. 316)/ Teléf.2644189975 / E-mail : juridicomestre@yahoo.com.ar