Víctor Buso, un cerrajero rosarino aficionado a la astronomía, logró una gran hazaña que los profesionales llevan décadas tratando de lograr: detectó desde su casa una supernova en el momento de su explosión.

A este cerrajero y astrónomo amateur de 58 años, desde chico le fascinaron las estrellas y se dedicaba a fabricar telescopios caseros. Fue el primer hombre en registrar el nacimiento de una supernova, es decir, la explosión que se observa de la vida final de las estrellas muy grandes.

Víctor siempre había buscado estos objetos estelares. Y esta vez no sólo había acertado, sino que posiblemente sea la primera persona en ver el nacimiento exacto de una supernova. Un hito que permitirá poner a prueba las teorías que explican estos violentos episodios astronómicos.

Todo comenzó la noche del 20 de septiembre de 2016, cuando Buso estaba entusiasmado por estrenar una cámara nueva que había comprado para su telescopio. "Para no mover mi cúpula y evitar que hiciese ruido, traté de aprovechar el espacio de las compuertas ya abiertas y buscar una galaxia en esa región de cielo que se veía", explicó el cerrajero a varios medios de prensa.

De pronto, observó un brillo inusual en los pixeles que observaba de una galaxia lejana. Tomó 40 imágenes cada 20 segundos de ese raro destello y se convenció de que había fotografiado a una supernova.

Según especialistas, "es un golpe de suerte, porque por más que haya muchos observatorios buscando, uno no sabe cuándo va a explotar una estrella".

Las imágenes de Víctor tomadas a lo largo de dos horas resultaron un tesoro invaluable. Gracias a que hizo el anuncio, otros observatorios empezaron el seguimiento. Monitorearon extensamente la supernova. El brillo de la luz emitida aumentaba, una señal que, para los autores del trabajo que publicó Nature por estos días, y que también firman el propio Victor Buso y su amigo José Luis Sánchez, también aficionado a la astronomía, corresponde a una fase largamente buscada pero hasta ahora nunca observada.