A las 17.33 Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, se quitó el tapabocas. “Quien quiera retirarse el barbijo lo puede hacer”, invitó a los presentes. Imitaron su gesto los 41 diputados nacionales ubicados en forma intercalada en las bancas. Algunos se refregaron las manos con alcohol en gel. Fue el arranque del simulacro de sesión, una sesión informativa que más de doscientos legisladores siguieron en forma remota. Estaba prevista para mañana la primera sesión con esta modalidad mixta con debate y votación en el marco de los cambios a los que en forma abrupta obligó el COVID-19 pero las dificultades constatadas en el cierre tras dos horas y media obligaron un cambio de planes: habría sesión el sábado.

En el inicio, junto a Massa se sentaron el secretario Parlamentario, Eduardo Cergnul, y la ministra de Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, la primera en ocupar el nuevo cargo creado por la gestión Alberto Fernández.

Massa resaltó: "Esta etapa que vamos a tener que atravesar con la humildad de saber que estamos aprendiendo”. Varias veces en el arranque pidió silenciar micrófonos y celulares e invitó a que “sin vergüenza” se hicieran preguntas o planteos en lo que fue un ensayo que sirvió para cumplir con el curso de capacitación que los integrantes de los tres poderes del estado deben realizar desde la aprobación de la llamada Ley Micaela que Diputados votó en diciembre del 2018. Le habló a las mujeres víctimas de violencia que pudieran estar viendo la transmisión para que “no tengan miedo, anímense a denunciar”.

En la apertura Massa resaltó que, si fuera una sesión, “estaríamos largamente por encima del quórum”: estaban conectados 176 legisladores. En un rato la pantalla que cada legislador pudo ver en su intranet marcó 240 diputados conectados. En el video wall se sucedían las imágenes de quienes tomaron la palabra y quienes siguieron el curso on line. Hasta allí todo funcionó perfectamente.

“Es una enorme oportunidad para este Parlamento para integrar la tecnología a la democracia”, dijo y dio paso al papá de Micaela García, la joven militante del Movimiento Evita que fuera brutalmente asesinada en abril del 2017 en Gualeguay, Entre Ríos. Junto a Néstor García estuvo, sin hablar, Andrea Lescano, mamá de la joven víctima de femicidio.

El caso fue uno de los que impulsó el debate de una norma promulgada el 10 de enero del año pasado y que estableció la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación.