La Cámara de Diputados se encamina a aprobar en la madrugada del jueves por amplia mayoría el primer presupuesto diseñado por el Gobierno de Alberto Fernández, que tiene como ejes centrales duplicar el gasto de capital para instrumentar un ambicioso plan de obras públicas, así como una fuerte reducción del pago de los intereses de la deuda a partir del éxito obtenido en el proceso de reestructuración.

Fuentes legislativas estimaron que la sanción del proyecto se producirá alrededor de las 5 de la madrugada en el marco de una sesión especial, luego de más 13 horas de debate y tras agotar una extensa lista de oradores de más de 130 diputados anotados para exponer sobre la ley de gastos y recursos del próximo año.

La iniciativa contará con el respaldo de unos 138 legisladores aportados por el Frente de Todos, el Interbloque Federal y el Interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, y el Movimiento Popular Neuquino, mientras que los dos legisladores de izquierda anticiparon que rechazaron la propuesta del oficialismo.

El interbloque de Juntos por el Cambio -que reúne 116 legisladores- ratificó hoy que se abstendrá en la votación en general, una posición que también será acompañada por la diputada tucumana Beatriz Avila del Interbloque Unidad Federal.

El presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, debió solicitar a los legisladores que se cumplan las disposiciones sanitarias de mantener la distancia social y usar los barbijos, ya que 80 diputados de Juntos por el Cambio concurrieron al recinto de sesiones.

El proyecto que se votará esta noche contempla un crecimiento del PBI del 5 por ciento para 2021, una inflación del 29%, un dólar promedio de $ 102,4 y un déficit fiscal primerio equivalente al 4,5 por ciento del PBI.

Otro aspecto central será la duplicación de gastos de capital que alcanzará el 2,2 por ciento del PBI, con el fin de aplicar un ambicioso plan de obras públicas.

En cambio, los intereses de la deuda, que en el presupuesto de 2019 representaron el 3,5% del PBI, en el proyecto del Gobierno llegan al 1,5 por ciento del PBI tras el acuerdo logrado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, con los acreedores.

A lo largo del debate, los diputados del oficialismo destacaron que se trata de un presupuesto que busca apuntalar el crecimiento económico y reducir el pago de la deuda mientras que desde Juntos por el Cambio señalaron que no se cumplirán las proyecciones macroeconómicas.

Al abrir el debate, el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, afirmó que el presupuesto tiene "proyecciones moderadas, serias y cumplibles" y que "son compatibles con una economía que se recupera gradualmente del impacto generado por la pandemia”.

El diputado señaló que en la discusión en la comisión se incorporaron "cambios al proyecto original que tienen que ver con obras publicas, con universidades y demandas provinciales"

En ese sentido, Heller reconoció que es probable que "no estén satisfechas todas las expectativas, pero se hizo en un escenario de enorme demanda y de caída de los ingresos fiscales".

La presidenta de la comisión de Finanzas, Fernanda Vallejos (Frente de Todos) señaló que la iniciativa busca ""retomar un proyecto de país que había quedado inconcluso en diciembre de 2015, y abandonar el camino del neoliberalismo, del ajuste, del endeudamiento, de la fuga"

La diputada aseguró que en el proyecto se "reduce a la mitad el peso de los intereses de la deuda y, como contracara, duplica la inversión pública, clave para dinamizar la demanda y traccionar el crecimiento de la economía"

Desde la oposición, el diputado nacional Luciano Laspina (PRO) fundamentó la decisión de Juntos por el Cambio de abstenerse en la votación en general del proyecto de Presupuesto 2021, al sostener que se trata de una “posición responsable” ante una iniciativa que no pueden avalar.

“Como sabemos que están finitos en los números y que necesitan a algunos aliados, la idea es abstenernos para que el Presupuesto esté, porque somos responsables, aunque esa misma responsabilidad nos lleva a no avalarlo, porque no es lo que nosotros pretendemos”, remarcó el diputado del PRO.

Otro integrante de Juntos por el Cambio, el radical Luis Pastori, dijo que su espacio ve "a la Argentina como si fuera una obra teatral sin guión, donde el guión se va escribiendo a medida que se va desarrollando la función" y que fueron a escuchar que "la culpa de la mala gestión del actual elenco la tienen los que estuvieron en la temporada anterior”.

“Un aspecto controvertido tiene que ver con jubilaciones y pensiones, ya que no hay cálculos para una fórmula de movilidad, que ni siquiera la conocemos, pero que va a tener que incidir a partir del 1 de enero y que claramente impacta sobre el 50 % del gasto público”, agregó el diputado misionero.

En su exposición, el diputado por Córdoba Federal Paulo Cassineiro dijo que acompañará el dictamen de mayoría, tras lo cual solicitó que "se puedan analizar y resolver algunos puntos para hacerlo más acorde a las necesidades, como por ejemplo mayor equidad entre el interior y el AMBA en el subsidio al transporte urbano" .

En tanto, el legislador de Unidad Federal, José Luis Ramon, tras ratificar que su bloque votará de manera mayoritaria a favor del proyecto, dijo que "en este presupuesto no se toma en cuenta el problema con el congelamiento de la adecuación de servicios públicos y de los nuevos servicios públicos en competencia que hace poco aprobó el Presidente de la Nación“.

El diputado del bloque peronista Andres Zotto señaló que "el Estado tiene que convocar a todos los sectores y llegar a un acuerdo", ya que no se puede "salir de la crisis divididos" y que se necesitarán "tres presupuestos para superar la caída del PBI. La Argentina es una sola y nos necesita a todos juntos".

Desde la izquierda, Romina del Pla señaló que el "apuro de este proyecto tiene que ver con que cuando llegue la próxima misión del FMI, el Gobierno quiere presentarle el presupuesto resuelto. Han armado un compromiso para aplicar el ajuste".

En tanto, el legislador socialista Enrique Estevez informó que acompañarán el Presupuesto 2021 "por una cuestión de gobernabilidad, en el marco de una crisis muy profunda con dramáticas consecuencias sociales", pero señaló que "corresponde a una administración conservadora de la crisis, sin ideas nuevas para resolver los problemas crónicos que arrastra Argentina”.