El cambio de estrategia en el bloque del radicalismo de la Cámara de Diputados de la Nación puso de relieve nuevas discrepancias internas entre quienes avalan la movida de mejorar los lazos con el kirchnerismo, para ser un factor de poder e interlocutor principal con el oficialismo, y quienes insisten en mantener una postura intransigente antikirchnerista.

El apuro por tener una sesión especial antes de terminar el ciclo legislativo ordinario, sacar algunos temas de interés y mostrarse con algo de actividad tras casi tres meses de parálisis, llevó al ya ratificado presidente de bloque radical, Ricardo Gil Lavedra, a tender puentes con el kirchnerismo y acordar un temario de consenso que se ratificó el miércoles último en el recinto. Tanta fue la sintonía que, cuando faltaba poco más de una hora para que expirara el plazo reglamentario para seguir sesionando y se frustrara la sanción de la ley de fertilidad asistida en su totalidad, el radical propuso votar en general la ley y dejar para después del recambio parlamentario (del 10 de diciembre) la discusión del articulado de la norma, propuesta que fue retomada al vuelo por su par kirchnerista, Agustín Rossi.

Epílogo: se aprobó la moción y si bien no alcanzó para una media sanción definitiva de la norma, sirvió como mensaje político a favor de la iniciativa.

De esa manera, el radical Gil Lavedra aparece, al menos en la escena legislativa, como impulsor de ese cambio de política que muestra a un radicalismo dispuesto a acordar con la mayoría del kirchnerismo, en lugar de lo que marcó en los años anteriores y se profundizó a partir de 2009 cuando se creó el ya fenecido Grupo A, donde la Unión Cívica Radical (UCR) recaló con la ahora disminuida Coalición Cívica y el PRO (el partido del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri) como núcleo duro anti-K.

¿Claudicación?
‘Una cosa es el bipartidismo, como alternativa política, y otra es la claudicación: que haya un partido que mande y otro que obedezca‘, advirtió un diputado del radicalismo enfrentado con el alfonsinismo y que prefirió el anonimato, y advirtió que ‘por esos motivos, sí puede haber ruptura en el bloque‘. ‘Es bueno que haya diálogo, porque la Unión Cívica Radical es la segunda minoría, pero no capitulación‘, señaló otro que tiene una mirada más contemporizadora entre los dos bandos en pugna y prefirió mantener su nombre en reserva. En ese contexto, el radicalismo, que viene de una clara debacle electoral que puso en discusión la estrategia electoral partidaria con serias críticas a la conducción política, vive en el bloque de diputados nacionales una pulseada por quién ocupará la vicepresidencia segunda de la Cámara baja argentina entre dos representantes de Córdoba: el ex presidente de bancada Oscar Aguad (un duro opositor del kirchnerismo) y el ingresante Mario Negri (a quien varias fuentes partidarias dan como seguro en el cargo por su partido).

Con enconos personales originados en La Docta, los dos presionan para ocupar ese lugar que le tocaría al radicalismo por ser la segunda minoría en la Cámara de Diputados.

Existían expectativas de que esa cuestión fuera saldada en una nueva reunión de bloque, un día antes de la jura de los nuevos diputados y la elección de las nuevas autoridades del Cuerpo, aseguraron las fuentes consultadas.