El kirchnerismo intentará en las elecciones de hoy, a través de la UCR o el PJ, retener el poder en Río Negro, un territorio gobernado por el radicalismo desde la restauración de la democracia hace 28 años, aliado desde 2003 a la Casa Rosada.
Dos fórmulas K a la gobernación aparecen como las favoritas en las encuestas, entre las siete que compiten en total: la integrada por César Barbeito y Julio Arriaga, por la oficialista Concertación para el Desarrollo, y la de Carlos Soria y Alberto Weretilneck, por el Frente para la Victoria (FPV).
En medio del temor por la eventual falta de autoridades de mesa en distintas ciudades, más de 400 mil rionegrinos están en condiciones de votar hoy gobernador y vice y por la renovación total de la Legislatura.
Medios de prensa provinciales daban cuenta ayer de la inquietud por la ausencia de autoridades de mesa, pese a las garantías en los pagos y la convocatoria masiva a empleados del Poder Judicial.
Aunque la convocatoria incluyó a unas 4.000 personas, se indicó que los Juzgados de Paz continuaron ayer designando nuevas autoridades para paliar las renuncias que llegaban al 40% en algunas ciudades.
Los ciudadanos empadronados deberán votar en 1.312 urnas para renovar, además de gobernador y vice, la totalidad de las bancas de la Legislatura, que desde el próximo período será de 46 integrantes, tres más que hasta ahora, como consecuencia del aumento de la población de la provincia.
La UCR, encabezando diferentes alianzas, gobierna Río Negro desde 1983, pero a partir de 2003 el mandatario saliente, Miguel Saiz, anudó una alianza con el kirchnerismo, que ha mantenido hasta hoy.
Con esa misma premisa va a elecciones Barbeito, delfín de Saiz, originario de la comarca andina de El Bolsón. Enfrente y con buenas chances de desbancar 28 años de gobierno radical se ubicaba el actual intendente K de General Roca, Carlos Soria, ex diputado menemista y ex funcionario duhaldista.
Los radicales kirchneristas rionegrinos llegan a este comicio en el marco de una fuerte interna partidaria, entre quienes disienten con la continuidad de la alianza del partido a nivel provincial con el gobierno nacional y los que insisten en avanzar por ese camino.
Tanto el radical K Barbeito como Soria se ilusionan con ser beneficiarios por la buena performance que repitió en esta provincia Cristina Kirchner en las elecciones primarias, cuando logró el 60% de los votos, tres puntos más que en las presidenciales de 2007. Pero Soria, quien ocupó numerosos cargos nacionales, como el de secretario de Inteligencia de Eduardo Duhalde cuando fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, aspira a recibir votos producto del desgaste del radicalismo tras casi tres décadas en el poder.

