El avance del coronavirus en la Argentina genera una compleja actualidad sanitaria e impacta negativamente en la situación socioeconómica del país. Así lo revela un estudio -por el momento confidencial- de la Universidad Católica Argentina (UCA), que describe la cruda realidad de millones de personas.

El documento afirma que todos los indicadores socio-económicos se deterioraron con fuerza y entrega números preocupantes: 5 de cada 10 empleados dejaron de trabajar y tener ingresos, lo que tiene un fuerte impacto en las regiones más pobres.

La situación es particularmente delicada en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), región en la que según la UCA el 60% de los hogares vieron deteriorados sus ingresos. De estos, el 38% sufren una erosión de hasta el 50% de la entrada de dinero a sus hogares.

El aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno impide que diversos sectores del AMBA -la región más afectada por la pandemia- no puedan poner en marcha su motor productivo lo que afecta directamente la situación de los empleados de comercios, fábricas y empresas.

La apertura económica dispuesta por el Gobierno todavía no alcanza a reactivar el aparato productivo de esta región.

En este sentido, para la UCA un importante número de personas ingresó en lo que se denomina "riesgo alimentario", es decir, dificultades para acceder a un plato de comida.

Aunque la UCA asegura que se trata de un trabajo independiente, los documentos de esta entidad son vinculados directamente con la Iglesia y el pensamiento del papa Francisco. La institución viene alertando sobre la delicada situación de los hogares argentinos.

Los datos del informe ya están en manos de numerosos referentes de organizaciones sociales. En las últimas semanas se llevaron adelante una serie de manifestaciones en el Obelisco y otros puntos del país en reclamo de mayores medidas de asistencia.