El presidente Alberto Fernández le pidió la renuncia al embajador argentino en China, Luis María Kreckler, luego de que se tomara vacaciones en una isla paradisíaca en medio de las negociaciones para traer la vacuna china a la Argentina.

La medida se tomó en acuerdo con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, según explicaron en Casa Rosada a medios nacionales, "dada la magnitud de la embajada".

La vicepresidenta tiene un muy buen vínculo son Sabino Vaca Narvaja, el representante para la promoción del Comercio y de las Inversiones de la Argentina en China. Sin embargo, Alberto se inclinaría por enviar otro embajador en lugar de Kreckler, que es diplomático de carrera.

Kreckler, pronto a jubilarse, se fue de vacaciones a la isla de Hainan mientras Argentina no sólo negocia la llegada de la Coronovac desarrollada por la china Sinovac, sino también avanza en un acuerdo multimillonario con el gobierno de Xi Jinping para instalar granjas porcinas en Argentina.

El embajador saliente se había hecho trasladar una moto Harley Davidson a la capital china amparado en la ley que estipula el traslado de los efectos personales de los diplomáticos a cargo del erario del Estado. Pero eso no molestó tanto como su constante diálogo en off con los medios, según explicaron en el Ejecutivo.

Alberto Fernández desplazó al embajador argentino en Beijing por la información que Felipe Solá acercó a la Casa Rosada: el canciller jura que Luis María Kreckler fracasó en la negociación para obtener 30 millones de dosis de la vacuna china contra el Covid-19 y que se fue a una isla exclusiva alegando "licencia ecológica" por contaminación cuando desde Buenos Aires se exigía cerrar un acuerdo comercial con la empresa Sinopharm.