El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró ayer que la deuda pública argentina "no es sostenible", que el superávit fiscal necesario para enfrentar su pago "no es económica ni políticamente factible", y reclamó una "apreciable" quita a los acreedores privados.

Así lo hizo saber el FMI a través de un documento luego de que una misión técnica del organismo finalizara ayer una semana de revisión de las cuentas públicas del Estado.

Argentina firmó, primero en junio, y luego en septiembre del 2018, sendos acuerdos con el Fondo, por el cual el organismo le ofreció créditos por unos U$S 53.700 millones, de los cuales desembolsó de manera efectiva U$S 44.000 millones hasta julio del año pasado.

Una delegación del Fondo, integrada por el encargado del caso argentino, Luis Cubeddu, y la vicedirectora del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, se entrevistó desde el miércoles pasado con ministros y funcionarios argentinos, para elaborar este informe, con vistas a refinanciar esta deuda, que es sólo una parte de lo que debe el Estado argentino.

Los representantes del Fondo se entrevistaron con los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce.

Como resultado de esos encuentros el FMI destacó el deterioro de las cuentas públicas y la situación económica a partir de julio del año pasado, cuando hizo la última revisión del programa financiero.

A partir de ese deterioro "el personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible". "Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible", aseguraron los técnicos.

Además, consideraron que "se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad".

El FMI no da cuenta de cuánto debe ser esa quita, pero apuntó a la "importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda". Télam



Gobierno

  • Optimismo por mensaje del Fondo

El presidente Alberto Fernández almorzó con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y luego sumó a la charla a Martín Guzmán, el ministro de Economía. El encuentro se estiró más de la cuenta, hasta pasadas las 5 de la tarde, a la espera de una señal muy esperada por el Presidente: un mensaje positivo del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ocurrió pero más tarde. Minutos después de que se fuera Kicillof -que estuvo junto a Juan Quatrommo, titular del Banco Provincia- el comunicado del Fondo fue traducido como una "muy buena señal" por el Gobierno que, con el hecho consumado, aseguró que era lo que esperaba.

"Sabíamos que veníamos bien a pesar de las versiones tóxicas", le dijo un funcionario al diario Clarín. Fue Guzmán el que se lo notificó a Fernández en el despacho presidencial. "Es histórico lo que dijo el Fondo", completó esa mirada aunque aclaró: "Todavía estamos jugando el partido, el que piense que ganamos se equivoca".

  • Coincidencia con Guzmán

El ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, destacó ayer que coincidieron con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que "la deuda pública no es sostenible y que debe ser reestructurada". El ministro Guzmán formuló estas declaraciones a través de un comunicado.