Nicolás Dujovne

En primer trimestre con muy buena actividad y un segundo período más deprimido, pero aún con buen dinamismo, explican el resultado fiscal primario de los primeros seis meses del año, que finalizó con un déficit de 0,8 puntos del PBI y sobrecumplió la meta del semestre de llegar al 1,1% para terminar el año en 2,7%, según informó hoy el Ministerio de Hacienda y Finanzas.

En conferencia de prensa, Nicolás Dujovne anunció lo que podría ser la única buena noticia del Gobierno en las últimas semanas: el déficit primario en el primer semestre se ubicó en $105.000 millones.

El resultado financiero, en tanto, mostró una baja del déficit del 1,7 por ciento.

La baja del déficit es explicada por un aumento de los ingresos, que a su vez se debe a la suba de la recaudación de los impuestos vinculados a la actividad, y por una baja de los gastos, especialmente los vinculados a la obra pública. El Gobierno tiene como meta fiscal llegar al 2,7% del PBI este año, para luego llegar a un ambicioso 1,3% el año próximo, según se acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para 2020, el país tendría que llegar al equilibrio fiscal.

"La Argentina arrastra un problema fiscal desde hace décadas que nos ha puesto en una situación de debilidad que se manifestó con una economía muy volátil, baja productividad y alta inflación. También nos costó crecer sostenidamente, bajar el desempleo y reducir la pobreza", dijo Dujovne.

El primer trimestre del año también había sido muy bueno para el fisco, que había conseguido un déficit de 0,3 puntos del producto. En ese entonces que parece lejana hoy, el Gobierno tenía una meta fiscal para el año de 3,2%, que luego bajó a 2,7% como señal a los mercados cuando ya se había desatado la primera corrida cambiaria.

La corrida cambiaria que se inició a fines de abril cambió el escenario de la actividad económica local, que hasta entonces crecía al 3,6% interanual, aun con el impacto de la sequía. En el segundo trimestre, los economistas señalan que los números van a ser mucho peores, probablemente en el rango cercano a 0, producto de la devaluación, el aumento de la inflación, que en junio sufrió una variación de 3,7%, el número más alto en los últimos dos años.

Según la consultora LCG, para los próximos meses se esperan "efectos contrapuestos impactarán sobre la dinámica de la recaudación: el corrimiento del tipo de cambio y la aceleración de la inflación jugarán a favor aportando mayor nominalidad; mientras que la contracción de la actividad empujará en contra. Proyectamos un aumento de la recaudación en torno a 28% interanual este año (un 30% sin contar el blanqueo)".