Una nota de Federico Millenaar / INFOBAE

El próximo miércoles, el ministro de Economía, Sergio Massa, presentará formalmente en la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto 2023. El texto ingresó a la Cámara baja el jueves pasado y el oficialismo ya muestra entusiasmo ante las señales de la oposición que indican que este año sería aprobado sin mayores turbulencias.

En diciembre del año pasado, al filo del plazo para acordar con el FMI, el Gobierno sufrió un fuerte revés al no poder aprobar la “Ley de leyes” en el Congreso. En aquella oportunidad, la negativa a recalcular las variables económicas -como la inflación- previstas por el ministro Martín Guzmán y la postura intransigente de Máximo Kirchner -cuyo encendido discurso causó indignación en la oposición- terminaron por hacer naufragar las negociaciones. La Casa Rosada se vio obligada entonces a prorrogar por decreto el Presupuesto del 2021.

Ahora el panorama luce diferente. Ante la consulta de Infobae, desde diferentes sectores de la oposición coincidieron en que las previsiones de inflación, déficit, dólar y crecimiento económico son “razonables”. “Es un Presupuesto ‘votable’, es probable que haya una aprobación ‘en general’ y mucha discusión o incluso rechazo de varios artículos ‘en particular’”, explicó un importante hombre del PRO.

La estimación de la inflación, que el Presupuesto marca en 60% para todo el año, será uno de los puntos centrales del debate. Si bien gran parte de la oposición reconoce que es lógico utilizarla para “anclar” las expectativas, también asegura que el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, deberá ir al Congreso a explicar detalladamente cómo hará para bajarla en un 40%.

“Si no ponen una inflación menor al 100% actual sería porque no van a tomar ninguna medida; además tiene que tener un ancla porque si no ya en marzo te empiezan a remarcar”, dijo otro hombre referenciado en Mauricio Macri.

Por otro lado, en el plano político, en la oposición coinciden en que el Frente de Todos tiene el mandato popular para gobernar y por lo tanto debe contar con las herramientas legislativas para llevar adelante la administración. A excepción de los casos extremos como el del año pasado, se justifican. “Lo de Guzmán era un mamarracho. Fue a tratarlo de urgencia, en diciembre, no vino nadie a explicar nada, dijo que la inflación iba a ser 33% cuando terminó siendo el doble; incluso les dijimos que así era imposible aprobarlo”, recordó un hombre del radicalismo.

Al mismo tiempo, son conscientes de que un nuevo rechazo del Presupuesto podría hasta beneficiar al Gobierno ya que le permitirá prorrogar por decreto nuevamente el de 2021 y reasignar gran cantidad de recursos gracias a los mayores ingresos por la inflación.

“En definitiva, si la oposición no aprueba el Presupuesto le da más discrecionalidad, una absoluta flexibilidad. Además les permite victimizarse, que es lo que hicieron durante todo este año. Cuando alguna provincia pedía fondos, sacaban el tema del Presupuesto, cuando en realidad el jefe de Gabinete podría haber reasignado partidas con una simple firma”, continuó el radical del interior.

Los encargados de analizar la letra chica del proyecto para el PRO fueron los economistas Hernán Lacunza y Luciano Laspina. Desde la bancada que comanda Cristian Ritondo vaticinaron que habrá pocos votos negativos. “Como mucho nos abstendremos, no tiene muchas cosas para votarle en contra, no es el de Guzmán”, insistieron.

Sin embargo, hay varios puntos que van a ser motivo de fuertes debates. Por ejemplo, las distintos regímenes de exenciones fiscales, el nuevo blanqueo de fondos, los niveles de emisión monetaria, la distribución de la obra pública (“para que el ajuste se haga parejo entre todas las provincias”), la posibilidad de estatizar la deuda de las distribuidoras eléctricas con Cammesa (artículo 90) y la discrecionalidad de las transferencias de Nación a las provincias. “Buenos Aires ha subsistido no por ordenar sus cuentas sino por los regalos mensuales de Nación. El año pasado fueron $270 mil millones. Buscaremos que no sea algo tan flexible”, explicaron a Infobae.

Tras una reunión para acordar el cronograma de trabajo, la oposición elogió que el Gobierno no busque un tratamiento exprés y que funcionarios clave asistan a la Cámara de Diputados para explicar diferentes aspectos técnicos. El oficialismo apunta a que el proyecto sea aprobado el 26 de octubre, para dejarle un mes completo -noviembre- al Senado para su sanción definitiva.

Esta semana, un tuit generó suspicacias en la oposición y cierto alivio en la bancada que conduce Germán Martínez. “Tras analizar la ley destacamos, en primera instancia, que las variables macroeconómicas son más razonables que las presentadas en el Presupuesto anterior, lo que posibilitaría que podamos contar con una aprobación en general”, publicó Emiliano Yacobitti, de Evolución Radical.

El apoyo expreso del sector que se referencia en Martín Lousteau comienza a allanarle el camino al oficialismo, que con 117 votos debe negociar obligatoriamente con la oposición para llegar al quórum de 129.

El mensaje del hombre de Evolución Radical no fue bien recibido por sus aliados del PRO, que lamentaron que esa movida les quita margen de negociación. “Se apuraron, no está bueno adelantar así que van a acompañar, el tema merece una discusión puertas adentro del interbloque”, dijeron.

Sin embargo, todo parece indicar que el Frente de Todos primero buscará consolidar el trabajo conjunto con los interbloques Federal y Provincias Unidas. La misma estrategia que recientemente le permitió asegurar los votos para aprobar la prórroga de seis impuestos clave y el Consenso Fiscal.

Justamente desde los bloques chicos le achacan un error de cálculo al oficialismo el año pasado. “Negoció con Juntos por el Cambio y se olvidaron de los bloques chicos. Cuando se le dieron vuelta para votar en contra se encontraron con que no tenían los votos para aprobarlo”, aseguraron a este medio.

Desde el entorno de Alejandro “Topo” Rodríguez, presidente del Interbloque Federal, advirtieron que en el Ministerio de Economía ahora nuevamente “descansa sobre la idea de que ya tienen asegurado el apoyo de al menos un sector de Juntos por el Cambio (Evolución)”.

En el Frente de Todos reconocen que ya se hicieron algunos contactos informales con sectores de la Coalición Cívica, de Evolución y del radicalismo. Pero explican que todavía es muy pronto para sacar cuentas. “Hay que ver cómo viene la interna de Juntos, qué tan tensionados están y qué margen de libertad queda”, señalaron.

Para el PRO, es posible y “hasta razonable” que el oficialismo busque primero el apoyo de los bloques provinciales. “Son falsos opositores, que dicen estar en la avenida del medio pero siempre votan con el Frente de Todos”, dijo con algo de malicia un diputado que destacó que para el Gobierno no sería un éxito aprobar el Presupuesto con los votos mínimos. “El éxito va a estar en la negociación con Juntos por el Cambio”, resumió.