El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, presentó ayer su primer informe de gestión en el Senado donde repasó temas como el reclamo salarial docente, el narcotráfico, la política económica, la energía y protagonizó duros cruces con legisladores de la UCR.
En su exposición, que comenzó a las 14:42, resaltó la inversión en educación y reclamó ‘garantizar que la protesta no sea a costa de los alumnos‘, planteó que proyectos como el de reforma del Código Penal se debatirán en el Congreso antes de 2016. Al referirse a la inversión en educación, cuestionó los paros docentes y reclamó que ‘cada reclamo o protesta no sea a costa de cada uno de los alumnos‘. ‘Hemos tenido un mejoramiento en infraestructura, asignación de libros, tecnología y recursos, pero tenemos los problemas derivados de la conflictividad salarial que anualmente se repiten‘, lamentó.
Por otra parte, planteó que el gobierno tiene ‘expectativa‘ de que el Congreso debata ‘de aquí al 10 de diciembre de 2015‘ reformas ‘de carácter judicial de orden estructural‘ como las reformas a los códigos Civil y Penal.
Al referirse a la política económica Capitanich resaltó que modelo del gobierno propició la ‘estabilidad‘ en el tipo de cambio y la política monetaria. Luego sostuvo que aún queda ‘pendiente‘ de resolución la deuda con el Club de París y la negociación con los bonistas que no entraron al canje de deuda.
Capitanich subrayó que ‘el autoabastecimiento energético‘ es uno de los grandes desafíos de Argentina, que permitirá ‘ensanchar‘ las reservas monetarias.
El jefe de ministros también protagonizó momentos de tensión cuando se cruzó con la senadora radical Laura Montero y la acusó de ser ‘la perfecta representante del neoliberalismo‘, y más tarde el titular de la UCR, Ernesto Sanz, lo apuró al preguntarle si ‘la devaluación fue una decisión política o presión de grupos económicos‘.
Capitanich eludió la respuesta ante lo cual Sanz le pidió que conteste ‘por sí o por no‘. Y Capitanich retrucó: ‘¿Por qué tengo que responder lo que usted quiere?‘ ‘Sí o no. Dígalo, quiero que digamos las cosas de frente‘, lo apuró Sanz, sin éxito.

