El Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) solicitó ayer a las industrias que reduzcan el nivel de consumo de manera gradual ‘hasta llegar al corte total‘, para preservar el abastecimiento a los hogares, hospitales y escuelas, ante la menor provisión de gas de parte Bolivia y la ola de frío que afecta a la mayor parte del país.

Así lo anunció ayer el Ministerio de Energía a través de un comunicado en el que detalló que, por un lado, se acrecentó la demanda de gas ‘debido a la ola de frío que afecta al territorio nacional‘ y, por otro lado,

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) informó que entregará 5 millones de metros cúbicos menos de gas por día respecto a lo acordado ‘por haberse incrementado la demanda de Brasil, que tiene prioridad sobre el contrato con Argentina‘. A esto se le sumó ‘el retraso en la llegada a puerto de los barcos de Gas Natural Licuado (GNL) por malas condiciones climáticas. Todo esto hizo que el Comité de Emergencia, integrado por el Gobierno, las empresas distribuidoras y los principales usuarios, acordaran instruir al Enargas para que comunique a las empresas la necesidad de reducir el consumo de gas.

La cartera que conduce Juan José Aranguren precisó además que el suministro de gas ‘a las estaciones de GNC sigue normal‘.

En medio de esta crisis energética y la polémica por alza de tarifas, una flotilla de 21 tanqueros cargados de combustible está en camino hacia Argentina desde Europa, el Caribe, Brasil y EEUU para alimentar unas crecientes importaciones de gasoil y gas natural licuado (GNL) que se encaminan a alcanzar niveles récord este año, según datos oficiales y de Thomson Reuters.

Aún lejos de recuperar la autosuficiencia energética perdida en el 2010, el país ha comprado 49 cargamentos de GNL hasta el momento este año y comprará 90 en el año completo, dijo a Reuters un vocero del Ministerio de Energía esta semana.

De acuerdo con resultados de las ofertas vistas por Reuters, grandes petroleras están compitiendo por una porción del lucrativo mercado que representa Argentina, que tardará varios años hasta reimpulsar su producción de gas y petróleo lo suficiente con el desarrollo de las reservas no convencionales en la formación Vaca Muerta.

‘Las inversiones en exploración se han retomado, pero tardará en verse el resultado‘, dijo el consultor en energía Roberto Brandt.

‘El país seguirá siendo un importador neto de gas al menos durante los próximos 10 años‘, agregó.

Argentina intentó limitar las costosas importaciones de GNL a unos 25 cargamentos por año desde que inauguró su segunda planta regasificadora en el 2010, y terminó comprando más de lo planeado para frenar el creciente déficit.

El nuevo gobierno de Mauricio Macri, más amigable con los mercados, dijo que las importaciones de gas crecerán alrededor de un 13% este año con el fin de evitar cortes energéticos causados por una demanda mayor a la esperada en el frío invierno, una producción doméstica de gas estancada, y suministros limitados desde Bolivia. Además de las compras de GNL, Cammesa -el ente regulador de la energía- también ha adquirido 22 cargamentos medianos de diésel este año. La producción de Argentina cayó un 12% en los últimos cinco años, y llegó a 532.000 barriles por día de crudo y 117 millones de metros cúbicos por día de gas en el 2015, de acuerdo con datos del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG).