Buenos Aires, 15 de febrero.- A 200 años del nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento, los medios nacionales se hicieron eco de cumpleaños de padre de la escuela gratuita en argentina y otros países.

Según infobae.com, el político y educador, nació en guerra, vivió en guerra, murió y aún hoy continúa en guerra. Pese a su mente lúcida y brillante, incurrió en varias contradicciones que la historia tampoco le perdona, y sus detractores se encargan de resaltar para "humanizar" de alguna manera a ese hombre que los libro escolares describen casi como un "semidiós”.

El sitio de noticias afirmó que durante sus seis años como Presidente (de 1868 a 1874) se construyeron más de 1.000 escuelas primarias y más de un centenar de escuelas normales -calificaba a las escuelas como “base de la prosperidad de la República”- e impulsó la creación de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Universidad Nacional de San Juan, el Observatorio Astronómico de Córdoba, la Biblioteca Nacional de Maestros, el Colegio Militar y la Escuela Naval, entre otras entidades educativas.

Por su parte el matutino La Nación publicó en su edición impresa varios puntos de vistas sobre la vida y obra del prócer sanjuanino. Para el historiador Rodolfo Terragno, "hay que hacer como los cartoneros, que revuelven la basura para encontrar lo mejor. El basurero de la Historia está lleno vicios y pecados de los próceres. Pero, en el caso de Sarmiento, sólo cabe sacar de la bolsa su monumental y vigente concepto de la educación popular".

Ayer, Bullrich dirigió un comunicado a los maestros y alumnos, en el que detalla: "Sarmiento y educación son sinónimos. Porque mientras su historia de político y gobernante puede discutirse, el educador debe vivir en el respeto de todos. En este aniversario hay dos aspectos excepcionales de Sarmiento que quiero señalar. Primero, como creador obsesivo de la escuela pública argentina. Como alguien dijo, en este ideal «acumuló la firmeza de su carácter, la integridad de su honradez y la pujanza de su inteligencia». En segundo lugar, precisamente el tema de la honradez. No concibió gloria ni fortuna sino por los caminos de la rectitud e integridad".

Sarmiento, que vivió casi la mitad de su vida exiliado en Chile, ejerciendo el periodismo, estudiando inglés en soledad, escribiendo libros memorables y viajando por el mundo para traer al país las últimas innovaciones en todo, fue un hombre contradictorio dijo La Nación.

Sarmiento vivió casi la mitad de su vida exiliado en Chile. Antes de morir dejó escritas unas líneas que se consideran desde entonces su testamento político. Así resumió su vida: “Nacido en la pobreza, criado en la lucha por la existencia, más que mía de mi patria, endurecido a todas las fatigas, acometiendo todo lo que creí bueno y coronada la perseverancia con el éxito, he recorrido todo lo que hay de civilizado en la tierra y toda la escala de los honores humanos, en la modesta proporción de mi país y de mi tiempo; he sido favorecido con la estimación de muchos de los grandes hombres de la Tierra; he escrito algo bueno entre mucho indiferente; y sin fortuna, que nunca codicié, porque era bagaje pesado para la incesante pugna, espero una buena muerte corporal, pues la que me vendrá en política es la que yo esperé y no desee mejor que dejar por herencia millones en mejores condiciones intelectuales, tranquilizado nuestro país, aseguradas las instituciones y surcado de vías férreas el territorio, como cubiertos de vapores los ríos, para que todos participen del festín de la vida, del que yo gocé sólo a hurtadillas”.