El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, apuntó ayer a la necesidad de alcanzar consensos entre las principales fuerzas políticas para definir acciones que se mantengan en el tiempo, para sacar al país de su estancamiento y destacó que el dinero del FMI se utilizó para pagar deuda.

"No se puede resetear la Argentina cada cuatro años" cuando hay elecciones sino que hay que tener "un conjunto de políticas y cosas que no se rediscutan, como pasa en países vecinos, y que se traduce en un crecimiento sostenido y reducción de la pobreza", dijo Lacunza.

El ministro formuló estas declaraciones durante la jornada de cierre de la 40ma. Reunión Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que se realizó en Bariloche.

Allí afirmó que los más de U$S 40.000 millones hasta ahora desembolsados por el FMI "se utilizaron para pagar las deudas", antes contraídas. "Los números están ahí; se usaron para eso", enfatizó Lacunza en lo que pareció una respuesta a quienes hablan de "fuga de capitales".

El ministro agregó, además, que la deuda que tiene el Gobierno "número más, números menos, es el déficit fiscal. Y si a eso le sumamos la deuda no reconocida" con las provincias, el Banco Central y los hold-outs "número más, número menos, da (el monto de) la deuda".

Lacunza reiteró que "si bien el resultado no fue el esperado" por el Gobierno en cuanto a la baja de la inflación y la generación de empleo, "quiero dejar claro que el trabajo no fue en vano": El próximo Gobierno, "contará con los equilibrios gemelos (fiscal y comercial), y eso se consiguió bajando la carga impositiva. Algunos dicen que la carga tributaria sigue siendo alta, es cierto, pero es menor que hace cuatro años". También destacó que se llevan "cinco años consecutivos de crecimiento, no se daba desde el 2003/2008 con el boom de las materias primas" y desde los costos se redujo de U$S 500 que costaba manejar un contenedor en el puerto a U$S 200 "y eso es ganar competitividad".

> Alberto endulza a acreedores

El candidato opositor Alberto Fernández dijo que si es elegido presidente tratará de evitar recortes en el pago de bonos de Argentina y buscará una reestructuración moderada de la deuda "al estilo uruguayo", una declaración que es música para los oídos de los acreedores del país.

Los inversores están observando de cerca los comentarios de Fernández sobre la deuda, luego de que el país se viera obligado a anunciar planes para renegociar alrededor de 100.000 millones en bonos, luego de que un fuerte colapso del mercado en agosto empujó al país hacia el incumplimiento.