El juez federal Daniel Rafecas declaró en "rebeldía" a cuatro ciudadanos libaneses acusados de ser "partícipes secundarios" del atentado a la AMIA, sobre quienes pesaba una orden de captura dictada por el magistrado en junio último.

El magistrado dio por "transcurrido" el término durante el cual debían presentarse ante la Justicia los cuatro requeridos, informaron fuentes judiciales.

El 15 de junio último el juez que lleva la causa AMIA dictó orden de captura a Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Abdallah Salman y Farouk Abdul Hay Omairi.

Desde ese día no comparecieron "a estar a derecho" por lo cual "corresponde declarar su rebeldía", resolvió ahora el magistrado.

Rafecas hizo lugar en junio a un pedido de la Unidad Fiscal que investiga el atentado del 18 de julio de 1994 y que se refiere a cuatro sospechosos como supuestos partícipes secundarios, quienes residirían en Paraguay.

Los requeridos serían personas que pudieron haber "cooperado y/o facilitado" distintas cuestiones a los organizadores del atentado en los meses previos a la explosión que causó 85 muertos en Pasteur 633.

La UFI AMIA a cargo del fiscal Sebastián Basso pidió las capturas a raíz de prueba llegada desde el exterior en los últimos tres años.

"Sobre dichas personas, existen fundadas sospechas de que resultan colaboradores u agentes operativos" del brazo armado de Hezbollah, fundamentó Rafecas al pedir las capturas.

Para el juez, se encuentra configurado el estado de sospecha previsto en el artículo 294 del Código Procesal Penal de la Nación para escuchar a los cuatro imputados en declaración indagatoria.

Rafecas dispuso la captura nacional e internacional "por haberse considerado suficientemente acreditada su pertenencia y/o cooperación con la banda criminal denominada 'brazo armado' del Hezbollah"

El juez pidió la detención para luego "peticionar la extradición con el objeto de someter a proceso a los requeridos, quienes han sido convocados a ejercer su derecho de defensa y prestar declaración".

El atentado a la AMIA ocurrió el 18 de julio de 1994 en Pasteur 633, del barrio porteño de Once, y causó la muerte de 85 personas.