El Gobierno de Mendoza anunció el regreso a las aulas de forma presencial desde el próximo lunes 2 de agosto para el nivel inicial (salas de 4 y 5 años), además de primer, segundo y tercer grado de primaria. En lo que respecta al resto de los alumnos de los otros niveles educativos se evaluará durante todo el mes de agosto la situación epidemiológica provincial y en base a eso se tomaran futuras medidas.

Este regreso a la presencialidad absoluta será cumpliendo estrictos protocolos estipulados por el Ministerio de Salud provincial. De este modo, persiste el uso obligatorio del tapabocas durante todo el horario de cursado, el lavado de manos, la ventilación cruzada en las aulas o en los espacios cerrados y el distanciamiento entre los alumnos.

Entre los puntos que sostienen esta decisión provincial está que los docentes de este segmento están vacunados con las dos dosis, es decir con el esquema completo, vale destacar que los educadores del nivel inicial y del primer ciclo de primaria fueron vacunados en forma prioritaria al resto de la población.

Por otro lado, este es el segmento de niños que menos se contagia y transmite el virus. Según datos estadísticos del Ministerio de Salud de Mendoza, la tasa de contagios en niños es muy baja comparada con la de los adultos. Menos del 1% de los contagios detectados semanalmente corresponde a niños de entre 3 y 9 años.

Además, este grupo de alumnos tiene menor autonomía pedagógica, es decir que necesitan acompañamiento para tomar clases virtuales. Lo que indica que la presencialidad para estos niños de 4 a 8 años es fundamental. Tanto Unicef como la Asociación Argentina de Pediatría coinciden en que es fundamental priorizar los esfuerzos para regresar a la educación presencial con las mejores condiciones posibles de seguridad en todas las escuelas del país.

Además señalan que el impacto del cierre de las escuelas ha sido devastador a nivel mundial, afectando los aprendizajes, la protección y el bienestar de niños, niñas y adolescentes. La evidencia muestra que son los chicos y chicas más vulnerables quienes sufren las peores consecuencias.

Fuente: Los Andes