Diego Maradona despidió ayer los restos de su madre, Doña Tota, en una ceremonia realizada en un cementerio privado de Bella Vista, a la que asistieron sus familiares más cercanos y personalidades de distintos ámbitos.

Luego del velatorio, realizado durante toda la madrugada en el barrio de La Paternal y en cuyo transcurso recibió, a través de un llamado telefónico, las condolencias de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Diego y su familia trasladaron los restos de Dalma Salvadora Franco hasta un cementerio de Bella Vista. El cortejo salió a las 9 de la casa velatoria rumbo al cementerio: a diferencia de la costumbre de poner el nombre y apellido, el cartel del coche fúnebre decía “Doña Tota, QEPD”.

El cortejo, precedido por dos motociclistas de la policía bonaerense, fue recibido poco antes de las 10 en las puertas del cementerio por decenas de personas que, como homenaje, aplaudieron a su paso.

Diego (vestido con un saco de color negro, corbata al tono, camisa blanca, anteojos oscuros), y sus hermanos Hugo y Lalo, fueron los principales encargados de llevar el féretro de su madre desde el coche hasta la parroquia donde se ofreció el responso. “Está entero, aunque con la tristeza profunda de haber perdido a su mamá” contaron algunos amigos del ex futbolista. Además de los familiares y los amigos más cercanos, estuvieron con el jugador de Boca Juniors Clemente Rodríguez; el presidente de Deportivo Armenio y dirigente de la AFA, Noray Nakis; y el primer representante de Diego, Jorge Cysterpiller, entre otros. Los ex jugadores, Martín Palermo y Guillermo Barros Schellotto, como el actor Ricardo Darín y el actual técnico de River, Matías Almeyda saludaron a Maradona en la sala velatoria.