Lo consideran el arquitecto jurídico de Cristina Fernández de Kirchner. Es el funcionario que le da forma legal a las más controvertidas ideas del poder kirchnerista: la estatización de las AFJP, la ley de medios, la puja por las reservas del Banco Central, la reforma electoral o hasta el Fútbol para Todos, entre otras. Sin olvidar la reforma judicial.

Por eso, el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, es señalado por estas horas como un personaje clave del Gobierno ante la ausencia de Cristina. "El poder detrás de la Presidenta’, según observan los principales medios del país.

El abogado cordobés de 59 años es el funcionario de mayor trato diario con Cristina, con quien almuerza varias veces a la semana. A tal punto llega el prestigio de Zannini en el entorno K, que el vicepresidente, Amado Boudou, debe ir a verlo a su despacho aun cuando ocupa la Presidencia de manera interina.

Obsesionado por el perfil bajo, Zannini tiene aversión a los medios de comunicación y su frase recurrente es: "tengo que preguntarle a la señora", en alusión a Cristina. Señalado como un funcionario que potenció a La Cámpora, Zannini fue designado secretario de Legal y Técnica con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en 2003. Algunos observadores directos del entorno K definen que "Néstor era la tripa, el que quería llegar; Zannini era la cabeza, el que le decía cómo".

Se decía que al despacho de Kirchner, Zannini entraba sin golpear. Quizá no suceda lo mismo con su viuda, pero no hay duda de que el hombre al que apodan "el Chino" es de los pocos, por no decir el único, que integra el ámbito de consulta presidencial.

Zannini, que estuvo cuatro años preso durante la época de la dictadura, es padre de cuatro hijos. Aunque ahora vive en la exclusiva zona de Las Cañitas (en el barrio porteño de Palermo), nació en la cordobesa Villa Nueva, la ciudad pegada a Villa María. En la secundaria adquirió fama de sabelotodo.

Vivió su adolescencia sin padre, por lo que su madre salió a trabajar duro en distintas casas, lo que lo marcó para siempre. "Soy hijo de una familia humilde. Conozco los padecimientos de los que menos tienen y por eso siempre milité en política. Para luchar contra la desigualdad", contó en un acto.

Tiene fama de duro. "Cacho" Vázquez, el gran amigo de Kirchner, lo apodó "Chino" por sus posiciones políticas extremas. Una vez recibido de perito mercantil, Zannini se fue a Córdoba capital a estudiar en la Facultad de Derecho y a militar en Vanguardia Comunista. Trabajaba en un frigorífico y cabeceaba en clase por el agotamiento.

Con el retorno de la democracia, viró su vida. Apoyado en el consejo de varios amigos enfiló hacia Santa Cruz, donde estaba su compinche Jorge Chávez, miembro del Tribunal Oral Federal de Río Gallegos, quien le dio una mano para entrar en la Fiscalía de Estado provincial.

Fue cuestión de tiempo para que conociera a Kirchner. Tras afiliarse en 1985 al Partido Justicialista, militó con él en Río Gallegos, mientras que ejercía -brevemente- su profesión en un estudio jurídico.

Zannini fue también el arquitecto jurídico de las dos reformas constitucionales y del sistema electoral que le permitieron a Kirchner acumular mandatos como gobernador, una desproporcionada bancada legislativa y una "mayoría automática" en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

En 1987, fue Secretario de Gobierno Municipal en Río Gallegos, en 1991 ascendió a ministro de Gobierno provincial con Kirchner gobernador, en 1995 fue legislador y luego, jefe del bloque de diputados provinciales. En 1999 fue nombrado por Kirchner como presidente del TSJ, es decir, la cabeza del Poder Judicial provincial.